«Cuando te encuentras con alguien, recuerda que se trata de un encuentro santo. Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo. Tal como lo trates, así te tratarás a ti mismo. Tal como pienses de él, así pensarás de ti mismo. Nunca te olvides de esto, pues en tus semejantes, o bien te encuentras a ti mismo o bien te pierdes a ti mismo». (UCDM)
Constantemente nuestro Ser busca relacionarse y lo hacemos desde diversos lugares… en un momento muy particular en mi vida me preguntaba ¿por qué constantemente buscamos relacionarnos con otros?... y he logrado comprender que en una relación nos encontramos o perdemos a nosotros mismos…
En oportunidades establecemos “relaciones especiales” y se llaman de esta manera porque nos perdemos en ellas… si establezco una relación en dónde siento que “el otro” es mi complemento, porque tiene todo aquello de lo cual carezco (es ordenado, paciente, etc.)…entonces me relaciono perdiéndome a mi mismo, pensando inconscientemente que puedo ultrajar al otro, o tomar de esta energía… lo que nos indica que es el inicio de un camino de sufrimiento y no me refiero sólo a una relación de pareja… aquí incluyo a relaciones de padres e hijos, de socios, de maestros, de hermanos, etc.… toda relación que implique más de una persona… y sobre todo aquella relación en dónde creo que por medio del otro aprendo a ser feliz… donde pretendo que “el otro” me dé aquello que carezco (cariño, atención, cosas materiales, energía , felicidad, paz, etc.)… al final me encontraré con las manos vacías y lleno de dolor, al sentirme engañado porque mis expectativas no se han visto cumplidas…y gran parte de nuestra vida nos mantenemos en la búsqueda de quien nos llene estas expectativas… cuando el primer paso es aprender primero que nada a relacionarnos con nosotros mismos y con Dios…
El propósito santo de cualquier relación es “el compartir un propósito”… y el mayor propósito que tiene el Ser es DAR… si establezco una relación en la cual quiero simplemente dar… porque allí me encuentro a mi mismo… allí cumplo mi propósito divino…y toda relación especial tiene el potencial latente de convertirse en “una relación santa”… como dicen las escrituras bíblicas “donde se reúnan dos o más en mi nombre allí estaré yo” y no importa que sean con fines espirituales… Dios (El amor) siempre quiere ser invocado en toda relación… pero no siempre le damos cabida… y si ambos en una relación tienen el firme propósito de Dar de sí mismos… en esa relación sólo puede morar el amor (Dios)…Dar sin esperar nada a cambio… solo experimentar mi Ser…
Siempre me gusta compartir que podemos tener el Cielo aquí en este momento si así lo deseamos… y esto lo podemos percibir compartiendo con cada persona que nos encontremos desde el amor… desde el darnos y compartir el propósito sagrado de unidad… en la medida que comprendamos que no somos seres aislados… que por el contrario pertenecemos a la gran unidad celestial… en esa medida dejaremos de buscar “relaciones especiales” y querremos llamar a Dios a que bendiga y purifique nuestras relaciones con su santo propósito de descubrir nuestro verdadero Ser en y con el otro… el otro es sólo parte de mí mismo y sólo me refleja lo que Soy…un Dios… una Diosa…
Con amor…Luz
