25 de abril de 2011

La resurrección



Dios no quiso resucitar en el cielo, ni el la tierra, si no en lo mas profundo de nuestro corazón. (Fernando Urizar)

Me gusta preguntar a las personas en esta época ¿qué significa la resurrección?  Y siempre me sorprendo ante las respuestas, algunos ni creen en una resurrección como tal y aún así creen en Cristo, una paradoja algo extraña, que no hace sino confirmar nuestros desconocimiento de tan maravilloso Ser ¿Cómo entender entonces nuestra propio ser crístico?

23 de abril de 2011

Huellas del pasado


"La persona que vive en el presente
no está sepultada por el pasado ni por el futuro,
no lleva ninguna carga.
No tiene ningún peso que llevar,
se mueve ligero.
No le afecta la fuerza de la gravitación.
De hecho, no anda, vuela".(Osho)

El dejar por el camino las huellas marcadas de historias vividas, de sueños que quedan a medio camino o de otros que se realizan, implican estar viviendo nuestra existencia sin huir. Es muy común que se intente escapar de situaciones dolorosas o inquietantes, mas estas siempre nos alcanzan pidiendo ser cerradas, para que se tome el aprendizaje.

17 de abril de 2011

La voluntad de Dios


"Padre, que no se haga mi voluntad, sino la tuya…" (Marco 14:36)

Estoy de acuerdo con ser perseverante en nuestros sueños mas en oportunidades se lucha insensatamente contra corriente, en ocasiones sin pensar en un bien más alto, puede que por simple orgullo, obstinación o lo que es más común para sufrir creyendo que la vida es difícil y complicada.

Noche oscura del alma



Existen momentos en donde la tristeza parece inundarlo todo, de pronto nos sentimos suspendidos en la noche oscura del alma, cuando aún orando pareciera que no se calma el dolor. Es justos en esos momentos en lo que pareciera que ya no se cree en nada es cuando surge la inquietud por el significado de la existencia y es justo en esos momentos en donde, la humildad del ser hace acto de presencia.

14 de abril de 2011

El llanto de mi tierra



Infinitas gotas de lluvia se derraman sobre el seco y polvoriento suelo, cansado de luchar y agotado de que ya no florezca nada sobre el, cada gota penetra enfriando la superficie y con el hastío del tiempo ya no quiere humedecerse porque sabe que al hacerlo se haría débil y  no dudaría en desmoronarse.

Prefiere mantenerse árido porque  le otorga una cómoda dureza donde se hace impenetrable, siente temor ante una simple gota de lluvia porque sabe que esta con su suavidad se introduce y se deshace en su interior, trayendo a su memoria viejos recuerdos de la calidez y humedad de vida  de tiempos lejanos pero aun latentes en su interior.

Tengo temor al lodo que se puede formar en el centro de mi alma por simples gotas derramadas o sin derramar de caminantes errantes que disfrutan del duro andar, se acerca el duro invierno que me somete a una profunda desolación lo que un día fue árido  y seco se convierte en frío y desolado.

Los que he amado han despreciado mi amor y se han olvidado de mi, mi piel se ha llenado de veneno, siento un profundo escalofrío en mis entrañas y solo puedo temblar conteniendo la furia que produce la larga tristeza de dar frutos aún en la profunda soledad de mis entrañas.
¿Dónde están mis hijos? Mis entrañas aún tienen deseos de darle calor.

Quiero vivir al lado de mis hijos y seguir compartiendo mi amor, quiero estar siempre siendo fértil y proporcionándoles mi sostén y mi antigua sabiduría, no me dejes morir en el dolor del olvido, escucha mi llamado y siembra la semilla del amor para que pueda cobijarlo en mi vientre sediento de ti.

Con amor…Luz


11 de abril de 2011

La luz de la vida



El vivir y ser feliz conlleva responsabilidad, se habla constantemente de ello pero ¿por qué no terminamos de ser felices? Paradójicamente por comodidad, es más fácil atraer la atención victimizándonos, en ocasiones nos exponemos y obligamos a situaciones que no deseamos para nosotros, sin embargo genera culpa el enfrentarnos con nuestros profundos miedos de lanzarnos al precipicio de la nada.

El ahogarse en una vida desgraciada y cargada de sufrimiento nos coloca en la cresta de la ola, porque se quiere la atención de todos porque en el fondo  se tiene baja autoestima y no nos sentimos valorados; en consecuencia el vivir en el caos “me hace parte de”, se atrae la atención de todos para que me digan “pobre”, “que pena”, “te ayudo”. El detenerse un momento contemplando nuestra vida con bondad, sin viejos resentimientos, sin falso orgullo, atreviéndonos inclusive a percibir la nada.

En la sociedad actual se habla de tener estructuras y se tiene realmente pánico a perder el control de ellas, porque al final estas nos terminan poseyendo. El dinero, la profesión, las amistades, la familia, inclusive las creencias, tejemos diversas prisiones para no ir al mismo centro de nuestro ser y entonces nuestro cuerpo expresa por medio de malestares, enfermedades lo que grita nuestra alma.

Hasta cuando embrión de Dios te seguirás maltratando, intentando apagar esa llama que yace en tu corazón. Confía en ti, en tu corazón, camina segura por la vida que no es ningún valle de dolor y desesperación; por el contrario percibe el paraíso que hay ante tus ojos día a día, observa la belleza de tus experiencias de vida. Escucha a tu ser, aquieta tu mente y fluye con tu voz interna, con un suave susurro te puede guiar. Eres tu el que te creas situaciones duras, para considerarte en “parte del colectivo”, tienes una vida espléndida y si lo dudas observa a tu alrededor, los árboles, el cielo, el sol que cada día te otorga su calor, las estrellas que iluminan la noche oscura, la brisa que seca tus lagrimas.

Aprende a ser leal contigo mismo y lo que eres, Dios no crea imperfecciones ¿dudas acaso que es tu creador? Contempla, medita, ora,  acalla tu mente y siente la presencia de la llama divina en tu interior. Pinta el cuadro de tu vida con los más bellos colores, sigue tus sueños con alegría, camina hacia delante y detente y descansa cuando lo requieras porque te ayudará a inspirarte, pero ten la seguridad que siempre puedes realizar los trazos necesarios para dar más luz a tu lienzo.

Con amor…Luz

6 de abril de 2011

La Lealtad


“Ser leal a sí mismo es el único modo de llegar a ser leal a los demás”
(Vicente Aleixandre)

La  palabra  lealtad deriva de “legalis” que obviamente está relacionada con “la ley”, cuando regimos nuestra vida por principios y altos valores es importante que nuestros actos sean acordes con lo que predicamos, sobre todo en la actualidad que se habla de consciencia de grupo, de unidad y de hermandad.

La confianza desde mi punto de vista es representada por una copa de cristal, de un valor incalculable y cuando alguien confía sus sentimientos, pensamientos, creencias, miedos es importante comprometerse a guardarlos en nuestro corazón. Porque el otro coloca su corazón en nuestras manos, se puede tirar la copa e intentar de nuevo recoger los pedazos y reconstruirla, mas jamás puede volverse a su forma original de belleza y pureza.

En nuestras relaciones es una de las reglas que hay que mantener, atesorar la confianza que otros depositan en nosotros y ser leal a ello. Si bien es cierto todo es un aprendizaje, pero las mejores relaciones derivan de ser capaz de guardar con celo el corazón que otro coloca en nuestras manos porque la lealtad mantiene unido su corazón y el nuestro. Cuando no valoramos esto, somos incapaces de atesorar nuestro amor propio, es muy fácil que nos traicionemos a nosotros mismos y que pasemos por alto nuestros verdaderos sentimientos o lo que es peor nuestros propios principios de vida.

Les comparto una bella historia que relata mejor que yo el poder de la lealtad:

“Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la tierra, antes incluso de que muchas cosas tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres amenazaron el lago y sus bosques, muchos se unieron al hada cuando les pidió que la acompañaran en un peligroso viaje a través de ríos, pantanos y desiertos en busca de la Piedra de Cristal, la única salvación posible para todos.

El hada advirtió de los peligros y dificultades, de lo difícil que sería aguantar todo el viaje, pero ninguno se asustó. Todos prometieron acompañarla hasta donde hiciera falta, y aquel mismo día, el hada y sus 50 más leales vasallos comenzaron el viaje. El camino fue aún más terrible y duro que lo había anunciado el hada. Se enfrentaron a bestias terribles, caminaron día y noche y vagaron perdidos por el desierto sufriendo el hambre y la sed. Ante tantas adversidades muchos se desanimaron y terminaron por abandonar el viaje a medio camino, hasta que sólo quedó uno, llamado Sombra. No era el más valiente, ni el mejor luchador, ni siquiera el más listo o divertido, pero continuó junto al hada hasta el final. Cuando ésta le preguntaba que por qué no abandonaba como los demás, Sombra respondía siempre lo mismo "Os dije que os acompañaría a pesar de las dificultades, y éso es lo que hago. No voy a dar media vuelta sólo porque haya sido verdad que iba a ser duro".

Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de Cristal, pero el monstruoso Guardián de la piedra no estaba dispuesto a entregársela. Entonces Sombra, en un último gesto de lealtad, se ofreció a cambio de la piedra quedándose al servicio del Guardián por el resto de sus días...

La poderosa magia de la Piedra de Cristal permitió al hada regresar al lago y expulsar a los seres malvados, pero cada noche lloraba la ausencia de su fiel Sombra, pues de aquel firme y generoso compromiso surgió un amor más fuerte que ningún otro. Y en su recuerdo, queriendo mostrar a todos el valor de la lealtad y el compromiso, regaló a cada ser de la tierra su propia sombra durante el día; pero al llegar la noche, todas las sombras acuden el lago, donde consuelan y acompañan a su triste hada”. (Anónimo)

Con amor…Luz