Existe un diálogo muy interesante en una de mis películas favoritas ("Mi amada inmortal" de Bernard Rose - 1994), en la cual Beethoven define a su asistente, que el mayor logro de la música es transportar los sentimientos del compositor, a la mente de quien escuche su creación. Muy aparte de las inexactitudes de la película, ese pequeño adorno al guión me pareció genial, al punto de siempre recordarlo al momento de querer componer alguna melodía; por ello al coger la guitarra, siempre indago cuales son mis sentimientos más profundos para así plasmarlo en unas cuantas notas.
Siempre pensé en base a esto, que las notas mayores eran resueltas, las menores tristes, las séptimas esperanzadoras, etc. Y de tal forma, generaba una dominante en función a ello. Pero luego descubrí que no era así. Dibujar los sentimientos en ondas vibratorias para esta dimensión, era muchísimo más complejo de lo que imaginé. Y me di cuenta que rasgar un acorde en Do Mayor, podía ser tan o más triste que cualquier otro, según la forma como uno lo toque.
Lo cual quería decir, que según uno decide afrontar las circunstancias, puede emitir melodías de placer u otras de sosiego. Además de confirmar que la vida misma es una constante composición de melodías, y no de manera lineal, sino multidimensional, es decir, mientras uno se siente contento, un rayo de luz entra por la ventana y emite melodía en otro plano, el perrito sentado a pie de uno, con su cariño, emite otra melodía de acordes en otro plano, y así de manera infinita, todo es una composición musical, tan hermosa como uno lo desee.
La belleza de la música, es poder retratar a la perfección el plano de los sentimientos y ella alberga elementos figurativos en todo sentido. Ello quiere decir, que incluso el silencio es música. De pausas y silencios están llenas las canciones!, ello significa que el silencio también es parte del concierto. El fundamento del metrónomo universal para labrar compases en vorágine o calma, según uno mismo.
Nada en la vida carece de sentido. Y ello porque si estás viviendo, entonces ya perteneces a una composición musical divina, y ella en sí misma, es la música que tú mismo has compuesto. Dado que el tiempo no existe, esto que eres tú, es lo que tú mismo has creado para ti mucho antes, ya que si ahora creas algo y se manifiesta inmediatamente, entonces te habrás fundido con la voluntad divina, con el que TU mismo eres y que te mantuvo existente, y con el tiempo del no tiempo. Si creas y no se manifiesta muy rápidamente, entonces estás en camino. Mentalismo aplicado, le llaman a ese indicio real efectivo.
Es así, como la música no es otra cosa que la voz de Dios. En circunstancias, instrumentos, truenos y sentimientos, todo será conocido por tener naturaleza musical. Imperceptible a primeras en nuestra dimensión, pero fácil de descubrir. ¿Cómo?, ve algo hermoso, algo que te provoque los sentimientos más lindos, observa un arcoíris, o un ocaso en silencio, luego trata de ponerle un fondo musical que esté acorde a tus sentimientos, sé muy imaginativa(o), que para hacer música no se necesita conocer instrumentos, la mente lo puede todo. Apóyate en una melodía que ya conoces, coge sus notas más bonitas y extiéndelas, hazles pausas, usa el coro de ángeles si te parece muy sublime, el violín si te parece romántico, el piano si te parece conmovedor. El resultado que salga, será la melodía real, que tiene ese momento o circunstancia, en el universo mismo. Bien dicen que los grandes músicos, tan solo interpretan la naturaleza para componer sus más bellas creaciones.
J.