En el mundo
creativo de la sabiduría existe un mitológico dragón que habita en los recónditos
rincones de tu castillo interno, su nombre es “felicidad en libertad”...
su historia comienza en antiguas civilizaciones orientales, cuenta la
leyenda... que es invencible y que nada ni nadie lo puede detener... ¿te atreves a ir al encuentro de tan
poderoso dragón?
En un lugar muy
lejano nació un bello dragón dorado escogido para reinar en el mundo de la
realidad... pero un temible ser conocido por sus viajes heroicos apagó el fuego de su corazón con el agua de
la incertidumbre... impregnando sus ojos del roció de la angustia y el
temor....
El dragón al
verse sumergido en la ilusión del miedo, se convirtió en exiliado de la
Verdad... se sumergió en las
profundidades de la inconsciencia y empezó a buscar su origen, merodeando
por tumultuosos poblados...totalmente ciego...
Un día se descubrió
diciéndose a sí mismo “Soy mis
pensamientos... ese es mi origen” pero al decirlo sintió una poderosa
cadena que se ataba a su cuello y que le impedía avanzar. Luego se dijo “Pobre de mí... estoy encadenado a mis
circunstancias” y de pronto todo dentro de él pareció detenerse...la
peligrosa telaraña de la minusvalía
cubría todo su cuerpo aprisionándolo con los hilos de la personalidad... El
dragón entonces lloró desconsoladamente.
Cuando se le
acabaron las lágrimas se dijo “es
un hecho que esto no es Vida... no existo... no tengo origen” y allí...
delante del él apareció la llave del silencio... resplandeciente...
De pronto el
dragón escuchó la voz de un héroe que venía del centro de su pecho que le
decía... hermosa criatura soy el fuego
de tu pasión... la llama de la Vida... tu única Verdad... a través del dolor
has experimentado tus apegos en la búsqueda y te has anclado en el dolor
de tu falsa herida.
El dragón se descubrió
la ilusión de su herida y observó como iba cambiando
constantemente, monstruos emergían y desaparecían de la herida de su
corazón...el dragón sin alarmarse porque ahora podía ver con absoluta claridad,
saco la espada de su consciencia y
traspasó el vacío de sus apegos, renunciando
a todo… descubriendo la Nada…la magia del Vacío…
De pronto todo
el mundo que conocía se caía a pedazos y el dragón poco a poco pudo traspasar
el velo de la sabiduría y contemplar el gozo de la verdad que es luminosa
y eterna. Descubriendo el misterio de la
Vida contemplativa sin identificarse con el flujo cambiante de los
pensamientos, las emociones y los hechos. Descubriendo por sí mismo su
nombre, su origen “Felicidad en libertad”...una
felicidad que se mantiene inamovible en el centro del Ser, con el fuego del amor,
que permite que el héroe quiera re experimentarse a sí mismo en la consciencia
de la sabiduría.
Con amor...Luz.
Con amor...Luz.
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