11 de mayo de 2010

Los 4 Jinetes del Apocalipsis de nuestra mente 2/5


El segundo jinete se describe en Apocalipsis 6:4, “Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.”


El siguiente jinete quita la paz "ficticia" sobre la tierra (creernos que somos sólo nuestra mente y nuestro cuerpo), produciendo una gran guerra… al estar peleados con nosotros mismos y creer que somos infalibles y que mi razón es la valedera y la única acertada… nos hace sentir “enemigos” de todos y por supuesto hay que acabar con él
… requiero defender mi sistema de creencias… inclusive nuestros miedos justificándolos diciendo que nos potencian, que son sólo un mecanismo de defensa… ¿defendernos de qué?...el verdadero conflicto consiste en que es el miedo que nos ancla y nos quita la paz... y al tener el pensamiento limitado que no importan mis actos porque esta vida es efímera y es lo "único real"... me hago cada vez más apegado a este mundo y lo tomo como mi única realidad.


Es una pérdida de paz desde el interior hacia el exterior… la gran espada es nuestro “poder de palabra”… con nuestras ellas creamos… con el verbo… se puede herir, condenar, destruir… y cuando una mente acepta el ataque es incapaz de amar… en función a ello sólo usa palabras que perpetúan el ataque, entonces va creando relaciones no armónicas y esto trae la culpa… que es la madre de todos los conflictos… y si estamos en conflicto estamos en guerra con nosotros mismos y por ende con Dios.


Observamos que hay que luchar banalmente por algo, aunque a la larga nos deje insatisfecho… porque la premisa de este jinete es que hay que competir… “la vida es una lucha constante”… “nacimos con lucha”… y empezamos a odiar al mundo… a todas las personas… inclusive a Dios… ¿cómo puede existir un Dios si me ha traído a este mundo de sufrimiento? ¿cómo puede existir si me ha separado de Él?... y con cada acto vamos destruyendo nuestra paz con absoluta falta de amor… por no atrevernos a fluir a través de él…


Herimos al querer “ser mejor”…pero igual al creernos “el peor”, es el mismo esquema de pensamientos, cremos que el otro se equivoca y comete errores y que al ver sus errores… me siento grande porque me comparo y veo que no estoy tan mal como “el otro”… y lo percibimos como una entidad totalmente aislada… y al ser el otro un fiel reflejo de mí mismo, vamos hiriéndonos cada vez más profundo.


Es muy curioso el significado de Bermejo es el color rojo. Bermejo viene del latín vulgar vermiclu, que a su vez viene del latín clásico vermículum, que significa pequeño gusano o "bicho" porque el colorante rojo se extraía del quermes (un hemíptero parecido a las chinitas o cochinillas) y otros insectos” (Tomado de la red)… y justamente así se logra sentir el ser que está en guerra contra sí mismo como “un bicho” y al ser olvidado por Dios como “un gusano” no merecedor de amor.


Descubriendo el amor dentro de nosotros mismo y logrando con ello la paz, se puede transformar a este jinete de la siguiente manera:


“Y salió otro caballo, bermejo… simbolizando la vida y la oruga a punto de transformarse; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la “falsa” paz (aquella que se origina de creer que somos solo este cuerpo en este mundo material) y la trasforma y extiende por todo tu ser, como la paz autentica, la que proviene del Amor …porque te reconoces como Unidad, como parte del Todo, y que se matasen unos a otros los pensamientos de separación, los miedos; y se le dio una gran espada de la justicia con un poderoso filo de amor de entrega y de ternura…elaborada con el más hermoso metal (tu corazón)… muriendo al viejo ser y renaciendo como símbolo de espiritualización y de evolución…


Con amor…Luz


3 comentarios:

Antonio dijo...

Cuando perdemos la Paz interna, somos susceptibles al mundo que nos rodea. Estamos peleados con nosotros mismos y equivocadamente tenemos un sentimiento de separación que lo exteriorizamos sintiéndonos incómodos con el mundo y entramos en conflicto con todo. Si el primer jinete del Apocalipsis nos enseña que la mejor arma es la humildad y el respeto por los demás, el segundo jinete me deja que el mejor escudo contra su espada es procurar estar en Paz con uno mismo.

Anónimo dijo...

Muy preciso Antonio,es importante ver al otro como nuestro hermano; yo específicamente soy duro con la palabra y siempre Luz me recuerda la importancia de ser amoroso.

El respero a los demás es uno de los principios más elevados que hay y la manera más segura de establecer un mundo más fraternal.

Isma

Anónimo dijo...

http://4.bp.blogspot.com/_EMnEij-TDjM/SrqGXnk1g_I/AAAAAAAAAOM/CtmabdPmcfc/s1600-h/Diapositiva8.JPG