1 de septiembre de 2010

Orgullo Espiritual


Nuestra mente usa intricados caminos ante nueva información, puede resistirse o puede aceptarla… lo que es importante a tener en cuenta es que en oportunidades evadimos por medio del aburrimiento convenciéndonos a nosotros mismos que esta idea no ofrece ningún punto de interés, por otro lado también podemos racionalizar en exceso, utilizando ideas y argumentos que tratan de negar la nueva idea que se siente como una amenaza y en la medida que somos más intelectuales tenemos defensas más elaboradas y en esa misma medida, los argumentos con los que tratamos de negar la nueva idea parecen ser más aceptables…

Uno de los mecanismos de resistencias más interesantes es El Autoengaño… porque con ello nos excusamos y nos justificamos a nosotros mismos… nos sucede mucho a los que estamos en un "camino espiritual" que en ocasiones pareciera que no avanzamos o que no poseemos las herramientas internas para transcender cualquier limitación, sin darnos cuenta de que el miedo al cambio es lo que realmente nos impide cambiar, y no nuestra capacidad para hacerlo.

Hay que entender que todo nuevo sistema de pensamiento genera confusión, donde nuestro cerebro empieza a realizar las conexiones adecuadas y confronta las nuevas ideas con las viejas y esto obviamente genera un conflicto interno… haciendo que nuestras resistencias en un momento dado sean las protagonistas… y sólo con paciencia y suficiente voluntad…podemos recoger los frutos de los nuevos aprendizajes e internalizarlos…

Otro nivel de autoengaño es el creernos que estamos logrando “recursos internos” que otros no poseen, en este punto del proceso y ante el temor de la mente de sentirse desposeída de toda defensa, se genera la que tal vez sea la más refinada y sofisticada de todas las defensas mentales… y de esta manera consumamos la separación a un nivel de creernos “especiales”, “escogidos”… cuando al final todos somos iguales… simplemente caminantes…y cada quien posee sus propios “dragones internos” que trabajar… éste es uno de los niveles más fuertes de autoengaño… porque si bien es cierto no somos inferiores a nadie, tampoco somos superiores…todos somos hijos de Dios y cada quien está realizando su mayor esfuerzo para ascender por la espiral de evolución o por esto tan maravilloso que llamamos vida…

Ya es hora de dejar de utilizar complejos mecanismos de ataque unos contra otro… al final nos atacamos a nosotros mismos… e impedimos que el planeta se envuelva en paz… los argumentos espirituales son una de las trampas más poderosas en las cuales nos sumergimos, porque nos escudamos en “nuestra cercanía con Dios”, para atacar declarando que estamos siendo justos…este es un punto del proceso en el que grandes mentes quedan atrapadas, vanagloriadas de sí mismas.

Siempre se puede recurrir a la humildad y la honestidad con nosotros mismos… que son cualidades que se mantienen en nuestra esencia… y podemos perfeccionarlas con sabiduría… el orar y meditar pidiendo a nuestro Ser que sienta la unidad con cada criatura viviente y que desaparezca de nosotros cualquier ilusión de separación es algo que siempre ayuda a mi corazón… el tomar cada instante en el aquí y el ahora, como una nueva oportunidad de transcender mis limitaciones con amor y sobre todo con la seguridad de que voy de la mano de Dios, no sólo con mi trabajo personal…sino por el de todos en conjunto…cada oración que realiza cada ser humano en algún lugar del planeta, cada acto de servicio, cada gesto amable, me proveen de un desarrollo interno profundo… al reconocerme como parte de cada ser viviente que existe en el universo…

Con amor…Luz

1 comentario:

Antonio dijo...

Es increible la facilidad con la que podemos caer en la trampa de sentirnos diferentes, de sentirnos "los escogidos" y creernos poseedores de la verdad. Desde ese momento, al compararnos con los demás y sentirnos superiores, hacemos juicios y nos separamos del todo. Cuando somos conscientes de lo que somos y reconocemos con humildad y honestidad nuestro potencial y nuestras limitaciones, nos mantenemos en el amor, y contribuimos con las notas que forman parte de la melodía Universal de la Paz.