Al
contemplar la naturaleza descubrimos lo perfecto de su existencia, el desapego.
Observando un precioso río se aprecia lo hermoso del fluir, de deslizarse
sobrellevando los obstáculos que se puedan presentar por el camino, se puede ir
por momentos más lentamente procurando saltar dicho obstáculo reuniendo las
fuerzas necesarias para seguir adelante.
En
nuestra vida diaria, nos resistimos a seguir adelante. Los obstáculos en
ocasiones parecen insalvables y nos resistimos ante ellos, en lugar de reunir
las fuerzas necesarias para seguir avanzando, luchamos en ocasiones procurando
mover las barreras o inclusive huir de ellas. El agua del río simplemente se
“junta” se repliega sobre sí mismo y de
esta manera reúne fuerzas para seguir adelante. Es una paradoja muy bonita para
aplicar a nuestra propia vida.
¿Cuántas
veces nos aferramos a ideas o conceptos preconcebidos y allí nos mantenemos
firmes sin movernos? Impidiéndonos el libre fuir, que no es más que confiar en
la vida, el saber que al darnos un espacio para tomar fuerzas, sin
expectativas, simplemente con la seguridad de que al replegarnos sobre nosotros
mismos los problemas se debilitaran y los transcenderemos con el mínimo
esfuerzo. No quiero decir con ello que ante una dificultad hay que mantenerse
de brazos cruzados en inacción. Es recurrir a nuestra fuerza interior para
encarar la situación con valentía. Actuar sin agitarse, esperar la calma y
desde allí accionar armónicamente como el agua del río.
Si
logras hacer que tu mente esté alineada con tu corazón puedes actuar desde el
amor y la armonía perfecta del universo, donde ya el esfuerzo deje de existir
porque cuando el se hace presente con el conflicto. Colocando tu atención en el
momento presente sólo existe tu voluntad unida al ritmo universal del libre
fluir. Expande tu corazón y amplía tu mente y ve a tu espacio interior, no te
resistas a los diques que se presentan en tu
recorrido, por el contrario es un
momento para reunir el valor necesario para seguir adelante, es un descanso que
te tomas para reconocerte, para hacerte mucho más fuerte y seguir adelante.
El
momento de fortalecer tu intuición y seguir adelante sin hacer un torbellino,
es lo que marca la diferencia entre una persona feliz y una infeliz. Deja de
lado el miedo de actuar sin conflicto, no insistas en ver un obstáculo cuando
sólo es un momento de ganar en fuerzas y voluntad, usando tu sabiduría interna
tienes el suficiente discernimiento para salir de cualquier prueba que se
presente a medio camino. Descubre el valor de la libertad, ábrete a lo que
viene, al renunciar a los apegos rompes los obstáculos que tu mismo te creas y
que impiden tu fluidez natural.
Recuerda
que el infinito solo se limita en tu mente, contempla con atención tu
esencia y fluye por el río de la vida,
deteniéndote por momentos si es necesario o lanzándote formando una preciosa
cascada que muestra tu pasión por la vida.
Con
amor…Luz
3 comentarios:
Resumiendo,
Vive sin temor.
Exacto... dejarse llevar por la pasión de la vida misma.
con amor...Luz
me encantan tus reflexiones, se que no es normal por una niña de mi edad pero me llegan a la alma ( tengo 15 años xD)... SE QUE SOY JOVEN PERO TENGO CORAZÓN ^^ me alegra mucho tu trabajo ^^ ojala algún día exprese con mi vida lo que tu escribes con mucho entusiasmo
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