He tenido hoy el pensamiento persistente del significado
estar en “estado de presencia” he
visto una hermosa película acerca del Zen rica en sabiduría, muy inspiradora y
cuando algo me ronda mucho por la mente decido meditar profundamente, con la
seguridad que allí en el templo sagrado de mi interior encontraré la respuesta.
El vivir el presente es un gran reto para cada uno de los
que nos encontramos en esta telaraña de sueños que llamamos realidad, el estar
en el aquí y ahora con todos los sentidos es fácil decirlo, más en la practica
es mas complicado vivirlo, porque vivimos anclados por nuestros temores y
angustias. Me llama poderosamente la atención que muchas personas cuando
meditan deciden cerrar los ojos, con la finalidad de no “distraerse” o de ir al
interior y obviamente en ocasiones yo también lo hago. Pero entonces ¿cómo
hacer cuando se abren los ojos para seguir manteniendo ese estado que se
consigue en la meditación?
El mantener los ojos abiertos mientras meditamos nos hace
consciente de este mundo material pero si nos desprendemos de él, se puede
estar meditando con los ojos abiertos transformando todo los que nos rodea. Ese
es precisamente el estado de presencia
al cual me refiero que implica que me encuentro “aquí y ahora” con todos mis
sentidos, mi esencia se presenta en este momento y me dejo guiar por ella, me
fundo con toda la existencia, con todo este mundo material que a la larga no
significa nada más que el valor que yo misma le otorgue.
Que importante es dejar de ser una persona evasiva, dejar de
aislarse inclusive de nosotros mismos, de nuestra propia naturaleza. El
renunciar a nuestra verdadera esencia conlleva sufrimiento, pero el atreverse a
caminar por nuestro silencio interior proporciona paz, el contemplar la
naturaleza en silencio sintiéndonos unido a todo nuestro entorno, contemplando
nuestra propia belleza interior en todo aquello que existe en este planeta,
proporciona armonía tanto a nosotros como a todos los que nos rodean. Puede que
en un principio los demás no lo entiendan pero cuando observen nuestra mirada
limpia y nuestra sonrisa serena, lograremos su pleno entendimiento.
Transformarte es aceptar que estás en este mundo y que por
ende estás afectado por él, más la decisión de cómo te afecta depende única y
exclusivamente de ti mismo. Abre tus ojos y vive en un estado de presencia,
purifica todo el mundo que has creado con tu sagrada vista. Estado de presencia no es más que la
unificación de nosotros con nuestro entorno en este instante santo, sólo en
él puedes estar libre de miedo es decir en Amor que no es más que Dios y por
ende tu verdadera naturaleza.
Algunos pueden decir que nuestro entorno es “desagradable o
pecaminoso”, más si no puedes apreciar la belleza en él, es necesario que
medites más y que aceptes principalmente cada realidad con sus matices y que
aprendas a vislumbrar la luz en todo. Sólo cuando lo logres estará dando
resultados la meditación en ti, te aseguro que la serenidad que brinda es
indescriptible y no me creas a mí porque todas las respuestas están tanto en ti
como en mí, porque estamos unidos por los lazos de la eternidad. Abre los ojos
a tu verdadera realidad…
Con amor…Luz
2 comentarios:
Parece como si la espiritualidad fuera complicada
La espiritualidad no tiene nada de complicada, somos nosotros los que nos encargamos de complicar todo con nuestros miedos... Gracias por el comentario.
con amor...Luz
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