4 de julio de 2011

Vivir la vida


Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir. 
(Robert Louis Stevenson)

La mayoría de los seres humanos sueñan con vivir una vida diferente a la que llevan actualmente, tienen esperanzas de que en algún momento ocurra el milagro. En oportunidades se esfuerzan por hacer las cosas diferentes y otras simplemente prefieren esperar soportando sus condiciones actuales de la mejor manera posible.

Ser feliz viviendo la vida es una tarea más sencilla de la que muchos se imaginan, se trata de colocar nuestra pasión en este instante, sean cuales sean las circunstancias, indiferentemente de las añoranzas y los sueños que se deseen alcanzar. Cada día se presenta la oportunidad ante nosotros de vivir la vida con intensidad, con pasión y alegría.

En silencio, conversando, en meditación, compartiendo, y aún con todo aquello que pueda turbar nuestra mente, se puede aprender a ser feliz. Cuando aprendemos a tener una visión un poco más amplia, se puede vivir en éxtasis en tan solo un segundo centrándonos en nuestra respiración, en lo maravilloso que es estar vivo. En el regalo que damos a este mundo con nuestra presencia.

Puede que las circunstancias en un momento nos sonrían menos o más, jamás será ello excusa para no vivir la vida a plenitud. Cuando no se tiene en cuenta el propósito de nuestra existencia, cualquier pequeña turbulencia nos lleva a pensar que vivimos una vida desgraciada y de poca importancia. Intuimos que no vinimos al mundo por casualidad, sino que, sea cual haya sido nuestro origen, estamos para cumplir un Plan sagrado. No sabemos cuál será nuestro aporte, disfrutar la vida es una decisión que no se basa en circunstancias placenteras. Es una actitud del corazón, una decisión de disfrutar cada cosa porque cada una  aún aquellas pequeñas y aparentemente insignificantes  tienen sentido dentro de un plan mayor que en ocasiones escapa a nuestra comprensión.

El vivir en la culpa o lo que llaman pecado no es vivir, porque conlleva a miedo y sufrimiento. En la medida que creamos que la voluntad de Dios para nosotros es que experimentemos gozo permanente, descubriremos un poder que nos eleva por encima de las circunstancias, no existe un paraíso diferente a este en el que vivimos ahora. Somos nosotros cambiando nuestra percepción los que podemos disfrutar a consciencia esta existencia, sin añoranzas o ilusiones de que la verdadera felicidad se quedó atrapada en el espacio y en el tiempo pasado o futuro.

El vivir una vida espiritual no significa volverte a una fe determinada, se trata de tener fe en ti mismo para poder tener fe en El Todo o en Dios. De esta manera sentirás una fuerza poderosa que te impulsa a la felicidad plena y a saber vivir a plenitud. Ni yo ni nadie te puede indicar como vivir, más si puedo acompañarte con la magia de los lazos que unen nuestros corazones.

Con amor…Luz

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vivir la vida de corazón es liberarnos de cargas pesadas que nosotros mismos nos auto imponemos.

¿Porque no comentan mucho en este blog y si lo visitan mucho? Sería bueno crear una entrada para enseñar e invitar a comentar.

Saludos

Norma dijo...

Es muy interesante este informe o reflexión, ya que somos nosotros mismos que nos autolimitamos con nuestros pensamientos negativos, que generan, en consecuencia, una visión pesimista de las situaciones que nos tocan vivir.La vida no es un lecho de rosas, por supuesto, pero dejemos de mirar las espinas y miremos las rosas; enfoquémosnos en las soluciones y nó en el problema en sí.