La
ira ofusca la mente, pero hace transparente el corazón.
(N.
Tommaseo)
Los
pensamientos suelen ser nuestros principales detractores, el aprender a estar
en soledad sin atropellarnos a nosotros mismos es un reto que es difícil de
vencer. Sobre todo cuando la rabia nos come por dentro, sin embargo el primer
impulso es evadir o inhibir las emociones que surgen desde nuestro interior. El
descubrir que dentro de cada uno de nosotros puede existir un volcán y que en
cualquier momento puede hacer erupción, requiere cierto dominio y destreza para
no destruir todo lo que se encuentre a nuestro alrededor, sobre todo a no herir
a las personas que amamos.
El
principal problema es que se evaden las causas que crean las erupciones y al hacerlo se ejerce una presión
inhibitoria, logrando que al final sea mucho más intenso. Uno de los pasos
necesarios para sacar fuera de manera constructiva nuestra rabia interior es
buscar las causas que ocasionan la misma, al hacer contacto con las causas se
puede ejercer dominio sobre las consecuencias.
La
rabia en sí misma no es más que una emoción que hace aparición con la finalidad
de adquirir fortaleza interior, porque no es más que la consecuencia de
nuestras frustraciones al procurar ejercer control sobre nosotros mismos y
sobre nuestro entorno. En el fondo lo que se esconde detrás de la furia es una
profunda tristeza que hemos procurado acallar, en consecuencia se usa la
mascara de la ira para ganar en fuerza, elaborando de esta manera un
sofisticado y complejo sistema de
defensa que es el causante de la violencia que existe en la sociedad contemporánea.
Curiosamente
la furia es peor vista que la tristeza, pero la primera produce una gran sensación de poder. La furia como
cualquier otra emoción es saludable porque es un síntoma que advierte de algo
que emerge de nuestro interior al cual hay que prestarle atención, existen
infinidad de mecanismos para controlar la ira; sin embargo lo más saludable que
puede hacerse es aprender a diferenciar la furia de la tristeza y la mejor
manera de hacerlo es hablando con alguien de confianza y expresar nuestras
emociones y frustraciones contenidas. A mi particularmente me ayuda el
escribir.
Más
que controlar nuestras emociones es darle una salida creativa que sea saludable
tanto para nosotros como para nuestro entorno, a muchas personas les resulta
mucho más fácil vaciar su furia agrediendo a otros ya sea verbalmente o físicamente.
A otro grupo de personas se les hace imposible exteriorizar, en consecuencia
contienen toda la fuerza de su furia hacia dentro produciendo cáncer, entre una
gran variedad de enfermedades.
La
finalidad de hacer contacto con nuestra ira consiste en reducir las
consecuencias negativas. Quizás no puedes evitar o librarte de las cosas o
personas que desencadenan tu ira ni tampoco puedes cambiarlas, pero sí puedes
aprender a sobrellevar tus propias reacciones. El aprender a expresar nuestras
emociones requiere práctica y madurez, además de la consciencia de nuestra
riqueza interior y la confianza en nuestra propia divinidad.
Con
amor…Luz
2 comentarios:
:'( me encanto, me hizo llorar de lo lindo que te quedo ^^, se que nunca te he comentado por miedo, se que no soy mas que una niña que intenta encontrarse a si misma `pero siempre tus palabras me hacen llorar me hacen abrirme mi corazón a un nuevo mañana y vivir día a día con la mirada alta aunque el día sea muy duro y aunque me sienta sola siempre mostrar mi rostro sin una lagrima.
gracias por publicar estas hermosas palabras...
Gracias a ti por leerlas con atención y bienvenida a este maravilloso camino de búsqueda de nosotros mismos que al final no es más que la búsqueda del Amor.
Siempre estás bienvenida a comentar!
Con amor...Luz
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