10 de julio de 2011

El volcán de la furia


La ira ofusca la mente, pero hace transparente el corazón.

(N. Tommaseo)



Los pensamientos suelen ser nuestros principales detractores, el aprender a estar en soledad sin atropellarnos a nosotros mismos es un reto que es difícil de vencer. Sobre todo cuando la rabia nos come por dentro, sin embargo el primer impulso es evadir o inhibir las emociones que surgen desde nuestro interior. El descubrir que dentro de cada uno de nosotros puede existir un volcán y que en cualquier momento puede hacer erupción, requiere cierto dominio y destreza para no destruir todo lo que se encuentre a nuestro alrededor, sobre todo a no herir a las personas que amamos.

El principal problema es que se evaden las causas que crean las  erupciones y al hacerlo se ejerce una presión inhibitoria, logrando que al final sea mucho más intenso. Uno de los pasos necesarios para sacar fuera de manera constructiva nuestra rabia interior es buscar las causas que ocasionan la misma, al hacer contacto con las causas se puede ejercer dominio sobre las consecuencias.

La rabia en sí misma no es más que una emoción que hace aparición con la finalidad de adquirir fortaleza interior, porque no es más que la consecuencia de nuestras frustraciones al procurar ejercer control sobre nosotros mismos y sobre nuestro entorno. En el fondo lo que se esconde detrás de la furia es una profunda tristeza que hemos procurado acallar, en consecuencia se usa la mascara de la ira para ganar en fuerza, elaborando de esta manera un sofisticado  y complejo sistema de defensa que es el causante de la violencia que existe en la sociedad contemporánea.

Curiosamente la furia es peor vista que la tristeza, pero la primera produce  una gran sensación de poder. La furia como cualquier otra emoción es saludable porque es un síntoma que advierte de algo que emerge de nuestro interior al cual hay que prestarle atención, existen infinidad de mecanismos para controlar la ira; sin embargo lo más saludable que puede hacerse es aprender a diferenciar la furia de la tristeza y la mejor manera de hacerlo es hablando con alguien de confianza y expresar nuestras emociones y frustraciones contenidas. A mi particularmente me ayuda el escribir.

Más que controlar nuestras emociones es darle una salida creativa que sea saludable tanto para nosotros como para nuestro entorno, a muchas personas les resulta mucho más fácil vaciar su furia agrediendo a otros ya sea verbalmente o físicamente. A otro grupo de personas se les hace imposible exteriorizar, en consecuencia contienen toda la fuerza de su furia hacia dentro produciendo cáncer, entre una gran variedad de enfermedades.

La finalidad de hacer contacto con nuestra ira consiste en reducir las consecuencias negativas. Quizás no puedes evitar o librarte de las cosas o personas que desencadenan tu ira ni tampoco puedes cambiarlas, pero sí puedes aprender a sobrellevar tus propias reacciones. El aprender a expresar nuestras emociones requiere práctica y madurez, además de la consciencia de nuestra riqueza interior y la confianza en nuestra propia divinidad.

Con amor…Luz

2 comentarios:

alba puig ( faninuyashayaome ) dijo...

:'( me encanto, me hizo llorar de lo lindo que te quedo ^^, se que nunca te he comentado por miedo, se que no soy mas que una niña que intenta encontrarse a si misma `pero siempre tus palabras me hacen llorar me hacen abrirme mi corazón a un nuevo mañana y vivir día a día con la mirada alta aunque el día sea muy duro y aunque me sienta sola siempre mostrar mi rostro sin una lagrima.
gracias por publicar estas hermosas palabras...

Luz Rodríguez dijo...

Gracias a ti por leerlas con atención y bienvenida a este maravilloso camino de búsqueda de nosotros mismos que al final no es más que la búsqueda del Amor.

Siempre estás bienvenida a comentar!

Con amor...Luz