“Al final, no os preguntarán qué habéis sabido,
sino qué habéis hecho”. (Jean de Gerson)
Gran parte de mi vida cuando escribía mi mente saboteaba
el proceso, diciendo que lo que decía “eran tonterías”, otras veces me
reconfortaba a mí misma diciendo que escribía mi propia manera poética de ver
la vida. Aunque hoy día escucho más a mi voz interna esa que proviene de mi serenidad interior y en la cual procuro
estar al menos mientras escribo, reconozco que en oportunidades se intentan
colar los ecos de mi ruido mental.
Hoy día escribo por el simple placer de
expresarme, de compartir mis pensamientos y mis sentimientos, lo que voy aprendiendo, lo
que experimento, en fin está retratada en mis palabras… mi alma. Es curioso
porque antes de escribir algo siempre investigo que han escrito otros del tema
que escribiré, con la finalidad de darme
una visión general o su opinión acerca de lo que deseo plasmar en letras,
quizás por esa vena científica de la cual es difícil escapar cuando me he
desempeñado en esa área gran parte de mi vida. En ese proceso de investigación
puedo comprender el punto de vista de otros, y nutrir el mío.
Mi reflexión es porque siento que ninguna de
esas palabras me pertenece, por el contrario le pertenece a todos los que han
estado antes que yo o los que están en
estos momentos acallando sus voces. El
expresarnos es una bonita manera de reconocerlos, fijando nuestra atención y
acallando nuestra mente conectándonos con ese conocimiento que está allí en
algún lugar y que cada vez que experimentamos alguna circunstancia, adquirimos
un aprendizaje que ya otros antes que nosotros lo hicieron, pero que en alguna
parte dejaron la llave para que la encontráramos.
Mis palabras son las de todos, no te digo nada
diferente, simplemente dejo que mi alma se exprese, en ocasiones te resonará lo
que digo, en otras te puede incomodar. Pero ten la seguridad que el universo existe en mí y se expresa en mi concepción del
mundo y no lo hace sólo a través de mí, lo hace también a través de cada uno de
tus actos, de tus palabras, de tus dones. Mi invitación es a que te expreses de
manera creativa lo que susurra la voz de tu espíritu, acalla a tu “dragón
interno”. Hazlo con valentía, porque te
aseguro por experiencia propia que lo que haces es hacerte consciente de lo que
vas aprendiendo, permitiendo que se reafirme en ti. Cuando te expresas creativamente haciendo lo que te apasiona, permites que tu
Dios interno exprese sus creaciones de amor a través de tus dones.
Con amor…Luz
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