“El amor no es una cosa de la mente. Y solo cuando está de veras quieta, que no espera nada, ni pide ni exige ni busca ni posee, cuando ya no tiene celos ni temor ni ansiedad, cuando está realmente en silencio, sólo entonces es posible el amor”. (Krishnamurti)
Hoy en muchos lugares se celebra el día del amor y de la amistad, durante mucho tiempo creía que era un día comercial… pero luego observe que si bien es cierto que todos los días se puede celebrar ese día, muy poco de nosotros apreciamos el amor en nuestra vida y obviamente esté nos es dado a raudales, simplemente no lo apreciamos porque perdemos el valor de las cosas sencillas, porque esperamos un amor determinado y justo de la manera que mis deseos infantiles lo desean.
El verdadero amor no se busca… simplemente se descubre en la cotidianeidad, en una mirada, en los rayos del sol, en una suave brisa, en el silencio, el sentirnos bañados del amor de Dios es una de las experiencias más hermosas que pueden existir, perdemos gran parte de nuestra vida en la búsqueda de un amor exterior cuando yace dormido en nuestro interior.
Reconozco que el amor es lo más sencillo de vivenciar si nos ponemos en contacto con nosotros mismos, al acudir a nuestro espacio interno descubriremos que el amor brota de nuestro interior a raudales pero para ello requerimos una gran dosis de auto aceptación, de romper falsas creencias que durante toda nuestra existencia nos han victimizado y que nos impiden despertar a nuestra verdadera esencia.
Desde mi punto de vista para que un mundo material se pueda sostener es necesario que sigamos creyendo que existe una formula mágica para conseguir el amor y así ir cubriendo nuestra ilusión de necesidad con medios del entorno… el camino más directo de encontrar el amor es ir hacia adentro y luego cuando logremos sentir el silencio del vacío, descubriendo que con cada respiración volvemos a encontrar el amor y surge en nosotros un profundo agradecimiento.
El reconocimiento de nuestra esencia amorosa, nos ayuda a transformar nuestras perspectivas de vida porque ya se deja de competir y de luchar, aprendemos a fluir y sobre todo a aceptar. Descubriendo la belleza de cada realidad que nos creamos y sobre todo observamos el amor en todo los que nos rodea, porque vamos comprendiendo que el mismo solo se refleja de mi interior al exterior.
El ofrendar nuestra vida para amar es el mayor regalo que le podemos otorgar tanto a Dios como a sus representaciones aquí en la tierra, vivamos de tal manera que cada uno de nuestros actos sea de rendición para con nuestra divinidad y la de los otros.
El amor implica un todo, cuando decidimos amar al otro lo amamos con lo que es, lo que fue y lo que será, es con esta mentalidad dónde podemos alcanzar los niveles más altos del “no resultado” y el amor verdadero implica una profunda compasión… en otras palabras percibimos pasión en todo… recuerda que la mejor manera para celebrar el día del amor es colocándole pasión y entusiasmo a todo lo que haces, porque tienes plena conciencia que no lo haces por ti, sino por Dios…
Con amor…Luz
2 comentarios:
Gracias por enseñarnos hacerca de amor es lo más bello que puede existir, les doy las gracias infinitas por compartir el verdadero amor y sobre todo de amar a Dios y demostrarle en cada momento nuestro amor, os gradesco
Gracias a ti Gladys por tu comentario, el amor es lo que somos y se tiene que vivir con cada respirar, en cada momento y en todo lo que nos rodea. Lo importante es abrir los ojos y el corazón a él para permitir que vuele libre.
Con amor... Luz
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