Sexo Consciente

 

"El acto sexual es un saludo que intercambian dos almas". 

(Macedonio Fernández)

En la medida  que fijamos nuestra atención con la meditación y contemplación de Dios…logramos despertar en nosotros un enorme poder sexual. Socialmente hemos tachado al sexo como algo pecaminoso y obviamente no lo es , sin embargo el despilfarro de la energía sexual sin una verdadera intimidad nos lleva camino al caos y un vacío de alma indescriptible; pero la energía del sexo consciente es pura energía creadora y por ende energía divina.  

La diferencia radica en el uso que le damos a esa energía que despierta en nosotros un magnetismo indescriptible… con la meditación profunda logramos que esa energía sexual ascienda en vez de descender, es importante resaltar que cuando desciende colocamos nuestra mente al servicio de los deseos de nuestros genitales… pero cuando asciende el sexo se convierte en sexo consciente porque se percibe como un acto de devoción y entrega… sirvo a Dios y fusiono mi mente para que transcienda mis propios deseos en un acto de profundo amor.

Muchos dicen que el sexo nos resta fuerza, pero desde mi punto de vista el hacer un buen uso de él… se convierte en un combustible que nos impulsa con fuerza y energía ante la vida. Y hacer un mal uso del sexo nos lleva a que nos anclemos a esta tierra y estemos a merced de nuestros deseos, convirtiéndonos en sus esclavos. Y no se trata de inhibir nuestra sexualidad, es más bien aprender a sutilizar esa energía conscientemente… porque con ello no sólo logramos estar más conectados con la divinidad, sino también le hacemos un gran bien a la humanidad, transformándonos desde nuestro interior.

Cuando meditamos, depuramos nuestra energía sexual y  el sexo consciente se equilibra internamente, tiene una gran fuerza el imaginar que un rayo de luz entra por nuestra cabeza y que desciende a cada uno de nuestros centros energéticos purificándolos y luego esta energía totalmente limpia emana de nosotros de manera ascendente… es un potente ejercicio para empezar a meditar y lograr que nuestra mente consciente vaya despertando a nuestra sexualidad sagrada.

En la actualidad se habla mucho de técnicas espirituales para mejorar la sexualidad, pero desde mi punto de vista la mejor manera de transcender el sexo consciente es centrarnos y en meditación profunda ir hasta el mismo silencio interior para encontrar nuestra divinidad para poder compartir con otro desde allí… el verdadero placer del sexo está en darse completamente al otro, el que cada roce nuestro sea percibido como una caricia de Dios.

El hacer el amor es compartir energía de vida con el otro y es un acto de un gran espiritualidad, a través de la intimidad generada a través del sexo consciente, podemos conectarnos a algo más grande que nuestro aspecto puramente físico nuestro Dios interno… el acto sexual en sí ya es una meditación, si se es consciente de ello y en la medida que aprendemos a ir a nuestro espacio interno en esa misma medida se puede meditar en armonía con otro.

La energía sexual producto de un sexo consciente hacen que se produzca una fuerza potenciadora que  nos revitaliza tanto el alma como las emociones, y resulta en una vida diaria más plena y significativa. La meditación nos lleva a ser conscientes del momento presente y a prestar atención a los mensajes de nuestro cuerpo, de esta manera se puede expresar más abiertamente en una relación sexual con nuestra pareja… Mucho de los problemas de las parejas derivan de una falta de conexión espiritual en el sexo, lo que deriva en relaciones vacías y soledad emocional.

La  verdadera armonía se da cuando el hombre y la mujer viven como un solo cuerpo y una sola alma, es allí cuando demuestran su enorme potencial divino. Esta armonía comienza con el sexo consciente… El éxtasis sexual  tiene que ser visto como una experiencia divina que culmina, en su momento, en el orgasmo, y éste logra otorgar una experiencia sagrada que podrá acercar a la persona a su propia iluminación espiritual... a la totalidad de su SER…

Con amor… Luz.