El arco iris escondido en la emoción

El lograr tomar conciencia de lo que se siente en cada momento de nuestra vida, implica el colocar nuestra atención en nuestra esencia… aprisionamos a nuestro SER con el drama, curiosamente somos adictos a él… pasamos gran parte de nuestra vida en añoranzas en un continuo amor de niños para no entregarnos del todo.

Se evoca en las relaciones una tristeza del alma, se observa en los casos donde perdemos la oportunidad de estar completamente en una relación presentes por “añorar un pasado” que a lo lejos parece más hermoso de lo que realmente fue, es un ver constantemente al pasado y quedamos allí petrificados convertidos en una estatua de sal… curiosamente “morimos” al no darnos tiempo para sentir nuestra emocionalidad en un tiempo presente, nos escudamos en relaciones anteriores y se repite indefinidamente este ciclo en nuestras vidas…

Sucede muy seguido porque no somos capaces de cerrar bien nuestras relaciones y vamos arrastrando con viejas heridas a la nueva relación, llevando con nosotros una carga muy grande, el sumergirnos en constante nuevas relaciones dirigidos por la pasionalidad del momento, se puede recurrir a las infidelidades como excusa para no ser leales tanto con la otra persona como con nosotros mismos… con la simple necesidad, de vivir en un estado de tristeza del cual asombrosamente intentamos huir cuando la relación en la cual nos encontramos no pareciera ir del todo bien y entramos en un juego de engañarnos a nosotros mismos .

Es mucho más fácil empezar una nueva relación, que mantenerse trabajando y sutilizando la que se tiene en el presente… la vida de pareja conlleva un mágico mundo de desarrollo mutuo y el asumir vivir con dignidad y amor… como siempre digo es un camino de valientes pero la satisfacción es ilimitada…

Jamás me cansare de decir que lo más hermoso que le puede suceder a un ser humano es vivir en la paz y el amor de Dios manifestada a través de nuestra pareja esa hermosa persona con la cual decidimos estar y a la cual nos entregamos por completo. Renunciemos ya a revolcarnos en el dolor de lo que “no pudo ser” y fijemos nuestra atención en lo que “es ahora”… las Odas al amor perdido están cargadas de negación de nuestra luz interna.

Al mezclar agua (emocionalidad) y luz (esencia), resulta un hermoso arco iris, permitamos que se muestre esperanzador, reconociendo que lo mejor es lo que ocurre… confiemos en Dios que crea las condiciones perfectas para nuestro desarrollo, el saber que nosotros somos los únicos causantes de nuestro dolor al vivir ausentes del “aquí y ahora”, nos permite tomar las riendas de nuestra vida y dejar de auto compadecernos…

En estos momentos de mi vida me siento muy feliz y satisfecha… el amoroso Dios me ama mucho porque colma mi vida de hermosas bendiciones, pero eso no es trabajo del azar… por el contrario para llegar a este lugar, me atreví a bajar a mi propio “Hades personal”, con la finalidad de ver lo que había en las profundidades de mi alma y allí viví intensamente cada aspecto de mi misma, enfrentando mis propios dragones y todo esto lo hice con valentía… sin intentar arrastrar a nadie a mi submundo, asumí en soledad mis miedos y reconozco que lloré, que parecía que el mundo se me venía encima, pero vencí la tentación de enredarme en una relación para mitigar el dolor… para renacer de mis cenizas con el alma depurada… usando mi capacidad de “resiliencia” para estar preparada principalmente para tener un romance conmigo misma y de esta manera capacitarme para compartir con “otro” en conciencia y devoción.

Invito a todos a vivir en el presente y si nos encontramos en una relación con dolor de una pasada, tomemos conciencia de lo que estamos haciendo con nosotros mismos, que aprendamos a vivir con la compañía de Dios, el ofrecer nuestras relaciones a Dios hace que el amor fluya con un manantial puro y cristalino, recuerda que siempre que la lluvia es necesaria para observar la belleza del arco iris.

Con amor…Luz.