6 de abril de 2011

La Lealtad


“Ser leal a sí mismo es el único modo de llegar a ser leal a los demás”
(Vicente Aleixandre)

La  palabra  lealtad deriva de “legalis” que obviamente está relacionada con “la ley”, cuando regimos nuestra vida por principios y altos valores es importante que nuestros actos sean acordes con lo que predicamos, sobre todo en la actualidad que se habla de consciencia de grupo, de unidad y de hermandad.

La confianza desde mi punto de vista es representada por una copa de cristal, de un valor incalculable y cuando alguien confía sus sentimientos, pensamientos, creencias, miedos es importante comprometerse a guardarlos en nuestro corazón. Porque el otro coloca su corazón en nuestras manos, se puede tirar la copa e intentar de nuevo recoger los pedazos y reconstruirla, mas jamás puede volverse a su forma original de belleza y pureza.

En nuestras relaciones es una de las reglas que hay que mantener, atesorar la confianza que otros depositan en nosotros y ser leal a ello. Si bien es cierto todo es un aprendizaje, pero las mejores relaciones derivan de ser capaz de guardar con celo el corazón que otro coloca en nuestras manos porque la lealtad mantiene unido su corazón y el nuestro. Cuando no valoramos esto, somos incapaces de atesorar nuestro amor propio, es muy fácil que nos traicionemos a nosotros mismos y que pasemos por alto nuestros verdaderos sentimientos o lo que es peor nuestros propios principios de vida.

Les comparto una bella historia que relata mejor que yo el poder de la lealtad:

“Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la tierra, antes incluso de que muchas cosas tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres amenazaron el lago y sus bosques, muchos se unieron al hada cuando les pidió que la acompañaran en un peligroso viaje a través de ríos, pantanos y desiertos en busca de la Piedra de Cristal, la única salvación posible para todos.

El hada advirtió de los peligros y dificultades, de lo difícil que sería aguantar todo el viaje, pero ninguno se asustó. Todos prometieron acompañarla hasta donde hiciera falta, y aquel mismo día, el hada y sus 50 más leales vasallos comenzaron el viaje. El camino fue aún más terrible y duro que lo había anunciado el hada. Se enfrentaron a bestias terribles, caminaron día y noche y vagaron perdidos por el desierto sufriendo el hambre y la sed. Ante tantas adversidades muchos se desanimaron y terminaron por abandonar el viaje a medio camino, hasta que sólo quedó uno, llamado Sombra. No era el más valiente, ni el mejor luchador, ni siquiera el más listo o divertido, pero continuó junto al hada hasta el final. Cuando ésta le preguntaba que por qué no abandonaba como los demás, Sombra respondía siempre lo mismo "Os dije que os acompañaría a pesar de las dificultades, y éso es lo que hago. No voy a dar media vuelta sólo porque haya sido verdad que iba a ser duro".

Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de Cristal, pero el monstruoso Guardián de la piedra no estaba dispuesto a entregársela. Entonces Sombra, en un último gesto de lealtad, se ofreció a cambio de la piedra quedándose al servicio del Guardián por el resto de sus días...

La poderosa magia de la Piedra de Cristal permitió al hada regresar al lago y expulsar a los seres malvados, pero cada noche lloraba la ausencia de su fiel Sombra, pues de aquel firme y generoso compromiso surgió un amor más fuerte que ningún otro. Y en su recuerdo, queriendo mostrar a todos el valor de la lealtad y el compromiso, regaló a cada ser de la tierra su propia sombra durante el día; pero al llegar la noche, todas las sombras acuden el lago, donde consuelan y acompañan a su triste hada”. (Anónimo)

Con amor…Luz

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te amo Francis
Se feliz siempre

Luz Rodríguez dijo...

Gracias J. también deseo lo más bonito para ti y gracias por todo lo que me has enseñado.

Con amor...Luz

Anónimo dijo...

J? creo que te has equivocado