19 de mayo de 2011

Silencio mental


“El sentimiento más profundo se revela siempre en el silencio” (Marianne Moore)

Es difícil mantener nuestro cerebro inactivo, dejando de pensar, dando espacio a la vacuidad del alma, dejando que entre la luz de la claridad mental. Para la toma de decisiones erróneamente se piensa que debemos adentrarnos en nuestros pensamientos y encendemos la máquina que nos lleva a estar descentrados y tan ocupados en el ruido mental que no damos espacio al silencio interno que es necesario para tomar decisiones que sean coherentes con nuestros sueños.

Para vivir sin miedo se requiere implicación y para hacerlo es necesario acallar nuestra mente y dejar que entre “la nada”. Los pensamientos son nuestra principal fuente de separación, porque vienen velozmente a sabotear cualquier intento de paz. Siempre me hace gracia el ver como en nuestras relaciones diarias se procura llenar espacios de silencio por temor a que algo “esté pasando”, enseguida saltan todas las señales de alarma con múltiples preguntas y con un torbellino de pensamientos de inquietud y malestar. Sólo en el sosiego del silencio nos adentramos en la verdad del alma, en ese poder interior que todos poseemos y al que sólo los valientes se atreven a ir.

Nuestro cerebro está constantemente ocupado con el mismo entonces ¿cómo se pueden tomar las decisiones desde él? ¿por qué simplemente no nos atrevemos a dejar de argumentar, de cuestionar? Nuestro pensamiento está fragmentado por nuestros temores y son poderosas puertas que nos abren un camino de oportunidades algunas favorables y otras menos favorables.  De alguna manera el pensamiento se ha convertido en el protagonista de nuestra vida y es lo que produce la mayoría de los males en este planeta, porque nos mantenemos tan ausente de nuestra esencia sin aprender a escuchar lo único real y verdadero.

Para tomar decisiones, para mejorar nuestras relaciones, para transformar nuestra percepción es importante escuchar pero no a los pensamientos, es más bien a nuestra consciencia, a nuestra inteligencia superior, a la vibración de la luz que reside en nuestro interior. Alcanzar la quietud del alma no es del todo sencillo porque allí estamos, lo que sucede es que nuestra mente nos entretiene con los pensamientos y no logramos percibirlo. Bajando el volumen de todos los interruptores ruidosos dentro de nosotros, lograremos ver florecer a Dios en nuestro corazón y esto se puede dar en un acto amoroso por nosotros mismos…acallando el ruido mental  que me hace perder conciencia de nuestra divinidad.

Y no quiere decir que dejo la lógica de lado, por el contrario la lógica de la verdad se hace mucho más fuerte en una mente con unos caballos (pensamientos) libres que corren al ritmo de de la vibración universal de sabiduría y conexión amorosa.

Con amor…Luz


2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buenas e interesantes las propuestas, solo tengo una duda, ¿romance no es una relación amorosa pasajera por definición?

Luz Rodríguez dijo...

Sí, obviamente Romance es una relación con otra persona intensa y pasajera. Gracias por tu comentario y la pregunta. Normalmente cuando nos referimos a que algo es utópico decimos que es ideal y obviamente Romancetopia es “el intenso e ideal amor en esta pasajera vida”.

Con amor…Luz