3 de agosto de 2011

Trinidad del alma :El corazón, la mente y la voluntad


En nuestro transito por esta vida se requiere desarrollar tres aspectos básicos: el corazón, la mente y la voluntad. En ocasiones parece que estos caminos se contradicen entre sí o bien si se desarrolla un aspectos se descuida otro, es importante comprender sus características individuales para luego integrarlas procurando equilibrar nuestro estado interno.

El aspecto del corazón viene enmarcado en nuestra intuición y autoconfianza, la  conexión que existe entre nuestros aspectos externos e internos se perciben con la voz del corazón. Aquellos aspectos que hablan de nuestros sentimientos y nuestra empatía para con los demás. Siempre hablo de “sanar las heridas del corazón”, porque a lo largo de nuestra existencia se va produciendo dolor, debido a que no se tiene del todo claro la utilidad de los sentimientos y las emociones. En el afán de poseer y de atacar porque nos consideramos amenazados, se empieza una carrera de luchas, temores y sufrimientos que no hace más que alejarnos del amor natural que surge del interior. La única manera de ir desarrollando el aspecto del corazón es escuchando esa voz llena de sabiduría que surge con cada latido, que dicta principios y nos guía amorosamente a nuestra esencia.

En el intento de la sociedad actual por llevarnos hacia la espiritualidad se tiende a ver a la mente como una amenaza, la enemiga que hay que vencer. Sin embargo dejamos de valorar que el desarrollo tecnológico que existe en estos momentos se debe al prodigio de la mente. Cuando nuestra mente escucha la intuición y la sabiduría que viene del corazón equilibrado, entonces se logra filtrar a través de nuestro cerebro las creencias y valores que son importantes para nuestro desarrollo personal. Es importante resaltar que nuestra mente no está dirigida solo por una parte lógica, cabe recordar el enfoque del “cerebro triuno”. El aprender a desarrollar nuestro cerebro en su totalidad es un reto que vale la pena intentar si se quiere establecer los pilares para una humanidad diferente.

Cuando se presta atención a la intuición y se permite que las señales basadas en principios generen movimiento interior se acude al tercer aspecto de la trinidad del alma que no es más que la voluntad, definiendo con ella a la fuerza, al coraje y la valentía que se requiere para accionar. Una vez que se forma la burbuja en nuestro interior de “emanaciones de pensamientos bañados del aura del amor” (producto del matrimonio sagrado de nuestro corazón con nuestra mente), entonces se acude al motor de la voluntad para accionar en función no solo de nuestro desarrollo sino de toda la humanidad por la espiral de la eternidad.

Con amor…Luz

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