No es inusual que se produzcan milagros en situaciones de
crisis, porque éstas hacen aflorar en tu conciencia la parte más profunda de tu
alma.
No existe ningún conflicto que sea real, puesto que no ha
sido creado. Cualquier conflicto que se percibe como real es sólo una
interpretación equivocada, examina la idea que ha producido una emoción que tú
consideras dolorosa y que has proyectado sobre una persona o una situación
determinada.
El primer paso que debe darse para la resolución de un
conflicto es reconocer que has perdido la paz. El mundo que estás percibiendo
no es ni será jamás real, más que en tu ilusión de realidad. Esto, que parece
obvio, se pasa muchas veces por alto, y no se reconoce que ha ocurrido, sino
que se justifica con todo tipo de argumentos. Mientras no tengas la suficiente
humildad como para reconocer que has perdido la paz, la crisis parecerá
interminable. La razón por la que pasas por alto este reconocimiento tan simple
es por todo lo que implica para ti, e implica mucho más de lo que crees, puesto
que tu idea de identidad está involucrada en ello.
Porque tienes la creencia que vienes a este mundo a sufrir en
un mundo doloroso, es por ello que le das valor a la crisis dentro de ti. Te
mantienes mirando hacia fuera, cuando
realmente los pensamientos reales producen paz y los pensamientos
irreales producen dolor. Si no estás en paz en todo momento es porque has
pensado equivocadamente y has creído convertirte en algo detestable y por lo
tanto arrastras a esa realidad todo lo que te rodea.
Cuando permites que pase el tiempo y no reaccionas, cuando
simplemente observas la situación y te das cuenta de que no puede ser real
porque lo que sientes no es paz, le traes luz a tu sistema de pensamiento
cambiando aquello que percibes como realidad. Y surge un mecanismo nuevo, con una nueva visión y con
la capacidad de modificar todo ese sistema mental automático e inconsciente que
se repite cíclicamente. En la medida en que el Espíritu es quien está al mando
de tu mente de forma constante, empiezas a crear el mundo que hasta ahora sólo
ha existido en tus sueños idílicos.
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