"Tenemos
que hacer más que acabar con la guerra. Debemos poner fin a los comienzos de
todas las guerras."
(Franklin Roosevelt)
Nos
horrorizamos por la violencia de la guerra, sin embargo vivimos en un estado de
guerra interna y somos indiferentes a ello. No se tiene del todo claro el daño
que nos hacemos a nosotros mismos con nuestros pensamientos de miedo, el vivir
en un pasado añorado o en un futuro terrorífico.
Siempre
he pensado que la guerra es posible debido a que en el corazón de los hombres
existe conflicto y miedo, cuando aprendamos a vernos a nosotros mismos con
amor, ejerciendo nuestro poder interno, dejando de buscar el poder en el
exterior en esa misma medida reinará la paz.
Luego
que las tormentas pasan dejan una sensación de limpieza y purificación, es lo
mismo que puede suceder con nosotros en medio de una crisis de guerra interna. Sin
embargo es necesario ir directamente a las causas de “esas guerras internas”,
ir al interior de nuestra mente, a los
pensamientos. Y sólo alguien que puede dar con el origen de un problema lo
puede erradicar de raíz, de lo contrario siempre estaremos usando solo
paliativos. Los problemas más que resolverlos tienen que ser superados y una
manera de hacerlo es aprender del silencio, el esperar que la respuesta fluya
dentro de nuestro corazón.
El
aprender a relajar nuestra mente, siendo receptivos a la voz de Dios que surge
desde dentro. Cuando nos relajamos en los brazos de Dios, la mente se abre a un
mayor conocimiento y el corazón para un amor más profundo. El procurar mantener
la calma y confiar en la fluidez de la vida, genera paz, porque sabemos que la
sanación es algo natural, que la paz y la armonía es nuestro estado esencial.
Si
se quiere cambiar al mundo es imprescindible dibujar esa sonrisa, que salga
desde dentro y que inspire a otros a tener confianza en sí mismos, no se trata
de ser indiferente más bien es ser proactivo, aún cuando sientas que el temor
te invade presta tu mano de ayuda, olvida por un instante tu propio “infierno”
y verás como llega la solución, porque te darás cuenta de la infinita capacidad
de amor que todos poseemos.
En
un nivel espiritual, nuestro gran servicio a la humanidad es alcanzar una
verdad más alta dentro de nuestras propias mentes. Un principio esencial de la
realidad metafísica es que todas las mentes están unidas, y el sentir atracción
por pensamientos más altos, para que
otros también se sientan atraídos por
pensamientos más elevados, es nuestro mayor acto de paz. A medida que abrazamos
una verdad superior ayudamos a crear un
campo de fuerza antigravitacional que levanta los ánimos por encima de la
separación, el odio y la guerra.
Con
amor…Luz
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