11 de agosto de 2011

La guerra de la mente


"Tenemos que hacer más que acabar con la guerra. Debemos poner fin a los comienzos de todas las guerras." 
(Franklin Roosevelt)

Nos horrorizamos por la violencia de la guerra, sin embargo vivimos en un estado de guerra interna y somos indiferentes a ello. No se tiene del todo claro el daño que nos hacemos a nosotros mismos con nuestros pensamientos de miedo, el vivir en un pasado añorado o en un futuro terrorífico.

Siempre he pensado que la guerra es posible debido a que en el corazón de los hombres existe conflicto y miedo, cuando aprendamos a vernos a nosotros mismos con amor, ejerciendo nuestro poder interno, dejando de buscar el poder en el exterior en esa misma medida reinará la paz.

Luego que las tormentas pasan dejan una sensación de limpieza y purificación, es lo mismo que puede suceder con nosotros en medio de una crisis de guerra interna. Sin embargo es necesario ir directamente a las causas de “esas guerras internas”, ir  al interior de nuestra mente, a los pensamientos. Y sólo alguien que puede dar con el origen de un problema lo puede erradicar de raíz, de lo contrario siempre estaremos usando solo paliativos. Los problemas más que resolverlos tienen que ser superados y una manera de hacerlo es aprender del silencio, el esperar que la respuesta fluya dentro de nuestro corazón.

El aprender a relajar nuestra mente, siendo receptivos a la voz de Dios que surge desde dentro. Cuando nos relajamos en los brazos de Dios, la mente se abre a un mayor conocimiento y el corazón para un amor más profundo. El procurar mantener la calma y confiar en la fluidez de la vida, genera paz, porque sabemos que la sanación es algo natural, que la paz y la armonía es nuestro estado esencial.

Si se quiere cambiar al mundo es imprescindible dibujar esa sonrisa, que salga desde dentro y que inspire a otros a tener confianza en sí mismos, no se trata de ser indiferente más bien es ser proactivo, aún cuando sientas que el temor te invade presta tu mano de ayuda, olvida por un instante tu propio “infierno” y verás como llega la solución, porque te darás cuenta de la infinita capacidad de amor que todos poseemos.

En un nivel espiritual, nuestro gran servicio a la humanidad es alcanzar una verdad más alta dentro de nuestras propias mentes. Un principio esencial de la realidad metafísica es que todas las mentes están unidas, y el sentir atracción  por pensamientos más altos, para que otros también  se sientan atraídos por pensamientos más elevados, es nuestro mayor acto de paz. A medida que abrazamos  una verdad superior ayudamos a crear un campo de fuerza antigravitacional que levanta los ánimos por encima de la separación, el odio y la guerra.

Con amor…Luz


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