Existen 4 dragones
internos que obstaculizan nuestro camino a la felicidad y que nos llevan al
sufrimiento y al dolor permanente en este mundo.
1)
La
culpa: Tienes la percepción que has herido a otras
personas, que no has amado lo suficiente, que les atacaste por miedo y heriste
sus más tiernos sentimientos, por lo tanto no te consideras digno de amor y
felicidad. Cuando sientes culpa, lo único que tienes es miedo al amor y te
escudas detrás de una barrera que te separa del otro. Impidiendo de esta manera
que puedas percibir tu estado de inocente amor que produce paz.
2)
Creencia
de que el cuerpo es valioso: posees la creencia de que si
no te mantienes joven y estéticamente “bello” o no posees bienes materiales
como sinónimo de éxito económico, eres un fracasado. Esto ocurre porque valoras
tu cuerpo material como lo más importante que posees, por tal motivo vives tu
día a día con la sensación de que estar vivo implica un sacrificio, al tener
que caminar por el valle de dolor que representa a este mundo. El cuerpo en sí, es un medio para recobrar tu
verdadera identidad y cuando lo usas para obtener placeres materiales, vas
camino al sufrimiento porque los placeres del cuerpo producen apegos y con ello
no te digo que el modelo ideal de vida sea el ascético, lo que te digo es que
al vivir en este mundo con la visión de la eternidad porque es allí donde se
encuentra lo realmente valioso.
3)
El
miedo a la muerte: es lógico que sientas miedo porque
si le das tanto valor al cuerpo y al mundo material donde éste se mueve, en
consecuencia la muerte implica que pierdes todo aquello que es valioso para ti.
Al identificarte con lo que “Tienes” en apariencia desaparece lo que “Eres” y
no tienes otra opción que llenarte de angustia, de estrés y de pánico; por tal motivo tus emociones
empiezan a hacer estragos en ese cuerpo que valoras tanto, hoy día es bien conocido
que los estados emocionales influyen en el origen de las enfermedades, que
irremediablemente te producen la temida muerte. Toma consciencia de que logrando tu paz
interior y aquietando tu mente, llenándola de serenidad y alineándola con la
mente de Dios puedes gozar de vida eterna en Él.
4)
Miedo
a Dios: cuando tienes una visión de un Dios “castigador
y despiadado”, es normal que quieras separarte de él. Te inspira un miedo
paralizante, esto ocurre porque realmente lo desconoces. Cuando permites que el
haga su voluntad de amar a través de ti y te rindes a su guía, realmente
logras reconocerlo y perder todo tipo de temor. Recuerda que sin temor a Dios
puedes contemplar al otro con amor y puedes ver a Dios a través de Él.
Cuando
se aprende a apagar el fuego de estos 4 dragones se alcanza la paz que es el
vuelo directo a la felicidad que es posible, cuando descubres tu inocencia,
valoras lo eterno y por ende te valoras a ti porque la eternidad mora en ti al
Ser la voluntad de Dios.
Con
amor…Luz
2 comentarios:
Apegos fundamentalmente.
J.
Efectivamente J. Apego a esta ficción de mundo que nos hemos creado!! Gracias por tu comentario.
Con amor...Luz
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