Es increíble como cada día los seres humanos añoran una relación de pareja, el estar en compañía es uno de los estados más hermoso que existen… el sentirse enamorado… el volar aún sin tener alas… ¿acaso hay alguien que no desee sentir que se le salta el corazón al ver a otra persona?... sin embargo, las relaciones de parejas cada día están más en crisis… cada día los tribunales de divorcios o “las parejas desechables” están de moda…
Obviamente mucho se debe a las falsas creencias sobre el amor… hoy día las chicas dejamos de asumir nuestro rol femenino y andamos rescatando hombres de las garras de “la madre”… es decir escogemos a hombres “hijos” con el afán inconsciente de ser madres… adoptamos a nuestras parejas… y empezamos a realizar todo por ellos (expresarles nuestros sentimiento, porque el es incapaz de hacerlo)… estoy de acuerdo en la coquetería natural de la mujer… pero de allí a escoger a un hombre sin que el nos elija… el ir detrás… el esperar que el asuma un papel de “adulto” y ayudarlo a eso constantemente, apoyando, mostrando… es una carga muy pesada , no sólo para él…sino para nosotras mismas… a la larga veremos a este hombre como insignificante, como un desvalido y el deseo irá mermando… y nuestra pareja se verá en la necesidad de buscar a una chica fuera del nido de “la madre”…
He pasado gran parte de mi vida… siendo madre de mis parejas y eso siempre me dejó agotada y con un sabor amargo en la boca, y lo más interesante de todo, es que ellos jamás pidieron esa situación… por el contrario yo los adoptaba poco a poco… y luego de un tiempo es muy difícil escapar del juego… afortunadamente llega un momento de nuestra vida que nos cuestionamos como estamos viviendo y logramos ver en retrospectiva y decidimos observar atentamente cada situación para realizar un profundo cambio, con la finalidad de obtener resultados diferentes… en esa observación comprendí que era mejor estar sola y profundizar en mí… en mis relaciones con mis padres, en el tipo de amor que percibí de ellos, en mi relación con Dios…
Algunos decían que me había encerrado en una torre de marfil, que sólo me mantenía aislada… “por temor”… que tenía que “vivir más” “que el tiempo pasa”, “que debía apresurarme si quería ser madre”… en ese tiempo reflexioné mucho… acerca de lo que realmente quería y como yo misma convertirme en ello… si deseaba un hombre “maduro en el amor”… debía madurar Yo… que tenía que enfocarme en mí… en mis anhelos más profundos… en cumplir mis propios sueños … y así cuando por fin empecé a tener una relación amorosa y madura conmigo misma… también empecé a tenerla con Dios y por ende me hice mas confiada… mi fe se fortaleció y sólo me dejé llevar en los brazos de Dios… y de pronto un día… el milagro ocurrió… me tomó por sorpresa… cuando menos lo esperaba, cuando había renunciado a la búsqueda… allí estaba un hombre maravilloso, sonriéndome, comprometido con él mismo y dispuesto a entregarse a ese amor que brota de su interior… en un principio reconozco que tenía mis dudas… porque en algunas oportunidades cuando estamos en el desierto… tenemos pequeñas alucinaciones “ya lo había vivido”… pero de pronto Dios susurro a mis oídos… “recuerda que ya estabas en un Oasis, antes que apareciera él”, y efectivamente era así… porque había aprendido lo más importante… “a vivir un idilio conmigo misma”…
Hoy disfruto cada día… desde hace algún tiempo… un romance que para mi es sagrado… con un increíble hombre, que me ama como soy, me respeta y que sobre todas las cosas es un adulto y me trata como su pareja sagrada y que cada día con su presencia… hace que me incline a Dios para agradecer tan precioso regalo…
Con amor…Luz
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