20 de agosto de 2010

Experiencias en el mar de la vida...


Existen momentos de nuestra vida que de pronto parecieran que hemos llegado a una gran tormenta… inundados por el mar de nuestras emociones y sentimientos encontrados… son instantes que valoro mucho, al final nunca los veo como eternos… sé por experiencia que solo son momentos que fortalecen mi voluntad y me hacen desarrollarme interiormente en eso tan maravilloso que llaman vida…


Me gusta “transmutar mis dragones” escribiendo, compartiendo mis aprendizajes adquiridos y también aquellos que están en desarrollo… en el fondo sé que la vida es un proceso de continuo “darse cuenta”, ¿acabará algún día este proceso?... pues no lo sé… lo que si sé es que cada día procuro verlo con alegría y sobre todo con valentía… buscando un diamante que se que está escondido dentro de mi… y que por momentos sólo crea que es un simple carbón…

Existen momentos de mi vida que parece que me hundo en el profundo e indomable océano… en ocasiones simplemente me dejo arrastrar por él… en otras procuro agarrarme de algo que me de cierta seguridad…en otras aparecen feroces tiburones (pensamientos negativos), justo en ese momento siempre me da la sensación de “nauseas” y término vomitando, hoy día soy consciente de que mi cuerpo rechaza cualquier idea que tenga como ingrediente básico “el miedo”… lo importante es que no niego que estoy en el mar de las emociones y que las asumo, sin hacerme juicio alguno o sentir culpa por ello…simplemente procuro verme con amor…

En esos momentos mi corazón va con humildad al regazo de Dios, por que se que en él todo lo puedo, algo que aprendí es una estrofa de un himno religioso que se llama “Cuenta tus bendiciones”… en esos momentos me rindo a Dios y le ofrezco mi vida si fuera necesaria en devoción y amor, agradeciendo la experiencia que estoy viviendo y rogándole que no me deje partir sin antes reconocer el aprendizaje que ésta me ofrece…y en ese momento donde estoy sola, percibiendo mi respiración, en el silencio de mi corazón y con Dios como testigo… de pronto cuando ya pareciera que es el fin… veo a lo lejos el radiante sol…las nubes desaparecieron y muy cercana se ve “la tierra de mi calma”....”la tierra de mi paz”… y llego allí y me siento en la orilla de mi serenidad …contemplo el bravío mar y le agradezco el permitirme navegar en él con el increíble misterio… de la sanación de mi alma…

Con amor…Luz

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