"Aquellos que llamamos muertos lo único que
han hecho es
adelantarse en el camino" (Séneca)
En
esta vida somos aprendices en el camino y con increíble inocencia muchos creen
que no existe nada más que ella. El quedarse atrapado en el proceso del
aprendiz es la ilusión que nos intenta hacer creer la sociedad simplista. Se
piensa en el espejismo de muerte o de vida como una limitación que nosotros
mismos nos imponemos.
Aunque
hoy día existe mucha información, aún nos encontramos perdidos, muy pocos saben
realmente que la vida es infinita y que la muerte es la ilusión de la desintegración del ser, sin embargo es
un indicio de reprobar o aprobar un grado determinado y de que aun hay que aprender.
Empezamos esta vida como parte de nuestro camino de la iniciación y el colocar
nuestros actos ante el templo divino, permite comprender lo que se requiere para
transcender nuestras limitaciones.
Transmutando
lo del piso inferior de nuestra vida con miras a lo superior lograremos
desglosar las causas que originan el dolor que existe en esta vida como
consecuencia tanto de nuestros actos presentes como los pasados. En el piso
inferior se encuentra todo aquello que nos hace reaccionar, quejarnos, el egoísmo
y en el superior aquello que nos llena de una serenidad y paz profunda.
Se
pueden abrir las compuertas de nuestra consciencia como consecuencia natural de
la fe y de “el dharma”, todo puede ser parte del proceso de la misma vida hasta
aquello que llamamos muerte. El proceso de desarrollo genera efectos tanto condicionantes
como liberadores. El autoengañarnos justificando nuestra conducta inconsciente
y soberbia viviendo sin compromiso, no apreciando el regalo de nuestra
existencia, no impide que se reciban las consecuencias de nuestros actos.
El
ser constante, paciente y humilde en nuestro desarrollo de cualidades,
realizando acciones físicas determinadas, permite que se viva sin temor a la
muerte, ni a la vida. Se requiere acción porque es imposible lograr despertar las cualidades
solo pensando, hay que ejemplificarla en lo físico es por ello que estamos
empapados de materia en este cuerpo. Hay que involucrarse con nuestro
desarrollo, para establecer los valores adecuados que nos permitan pasar por el
velo de la existencia con el menor sufrimiento posible, porque existe una ley
de correspondencia universal que tarde o temprano nos rodea con los justos tentáculos que nosotros mismos hemos forjado con
nuestros actos.
Nuestra
existencia es infinita y en la medida que nuestros actos estén guiados por nuestros
más bajos pensamientos, se será mucho más inconsciente de “los campos de existencia” que originan una serie de experiencias de
acuerdo a la energía que deriva de nuestro corazón. Autogestiona tu libertad
personal con responsabilidad, ten la seguridad en tu existencia infinita, sin
temor a la vida o la muerte, ya que la separación entre ambas proviene de
nuestra separación del mundo aparentemente tangible con el intangible, observa
tu eternidad con tu consciencia y no con tus ojos, sentidos o deseos. Recuerda que la verdadera libertad se
conquista por la perseverancia de tu trabajo interior.
Despierta
tu luz interior que no es más tu consciencia de la eternidad en libertad.
Con
amor…Luz
3 comentarios:
Que espectacular imagen.
¿La vida es sueño?
J.
Para mi lo es efectivamente, gracias J. como siempre inspiraste una nueva entrada.
Con amor...Luz
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