Las crisis como oportunidad de aprendizaje

El salto de un nivel del amor al siguiente es delicado y doloroso, es crítico. Muchas veces he identificado la crisis como una especie de sentencia que viene a decir algo así como “la muerte de mi relación de amor ha comenzado”. En muchas oportunidades percibimos que la inicial estabilidad de la relación se ha perdido y han roto el equilibrio en que se vivía  y esa situación es dolorosa… porque empezamos a cuestionarnos y vienen una avalancha de preguntas (¿vale la pena?, ¿será lo mejor para mi?, etc.) y hoy he reconocido que no es más que el lógico y natural rechazo al dolor, la instintiva huida al “sufrimiento”. Al final lo que realmente nos deja la aparente crisis es una oportunidad de aprendizaje, la cual si estamos dispuesto a aceptar nos deja las semillas de su sabiduría, pero si rechazamos se repetirá repetidamente y cada vez con mayor dimensión hasta que se tome su enseñanza.

Es cuando decimos que hay una “crisis”, ésta no siempre tiene la misma fuerza o el mismo objetivo y este proceso crítico se repetirá cada vez que la vida me exija más, ya que todo crecimiento irá acompañado de su correspondiente crisis de sufrimiento.

En algunas ocasiones el sufrimiento puede ser o parecernos insufrible, es esos momentos es importante no tratar de entender el porqué de las cosas. Resulta fácil decirlo, y duro de vivirlo, pero es lógico que hasta que se supere no será posible vislumbrar lo bueno de aporta esa situación.

Las verdaderas crisis son momentos realmente maravillosos porque conforman el camino hacia nuevas emociones, una mayor plenitud y dimensión del amor, un amor más “rico”, más nutrido, mejor trabajado y estable… para que nuestro amor sea pleno necesito crecer, necesito que muera algo más de mi “ego” de mi pequeño “yo” que sólo percibe el miedo y la separación.

El principal problema reside en pensar que para acabar el sufrimiento que causa la crisis, se debe arrancar todo de raíz, no decimos “que muera el amor” para que se acabe el sufrimiento… y he logrado saber que esto es un grave error, porque los cambios son huidas que si bien es cierto esquivan el sufrimiento pero no sanan… es preciso aprender a vivir la crisis.

Y puede que a una persona que nunca ha sufrido, el dolor le hace desestabilizar ya que las crisis desencadenan la búsqueda de la huida; quien la vive se deja asaltar por miles de interrogantes que le hacen perder el norte y con ello, la paz del alma… es estos momentos es un poco aceptar los que nos toca vivir y afrontarlo con valentía y sobre todo con paciencia, ya que con ella alcanzamos madurez.

También suele suceder que la crisis altera la forma de ver las coas y nos engaña presentando los elementos propios del amor como negativos… se empieza a percibir el pasado, el presente y el futuro de una manera totalmente distorsionada y estas deformaciones ópticas llevan una visión casi exclusiva de lo negativo, o a ver todo en clave negativa.

A mi me ayuda en momentos de crisis el reírme de lo que me pasa y me esfuerzo con todo mi corazón en creer que ésta me aportará enseñanza, que purificará el amor y cuando esté purificado, terminará la crisis… es cuando el amor habrá ascendido… y será mucho más grande y profundo.

El amor siempre necesita asumir, alimentarse, crecer… y el amor puede hacerlo y vaya que vale la pena… al amor hay que dedicarle tiempo… me ha costado muchísimo el comprender que el vivir “suelta” muy “suelta”… no es saludable para el amor… porque el amor requiere de contemplaciones , comulgar con el otro, comunicarse solo por el placer de hacerlo.

Es hermoso el saber que el amor siempre puede vencer… la espera, la fidelidad y la paciencia tienen su recompensa a lo largo de la vida… hay una cita que me llega mucho en esos momentos en lo que he querido huir y quiero compartirla contigo:

“La mitad de los fracasos de la vida se debe a que tiramos de las riendas cuando nuestro caballo está en pleno salto” J. Hare.

Hoy puedo decir que he aprendido a amar porque mi voluntad cada día es más fuerte y me rindo al misterio del amor con todo lo que traiga, porque tengo la completa seguridad que siempre me aportará aprendizaje y sabiduría… es parte del vivir amando y es hermoso.

Con amor…Luz.