He visto muchos hogares en los que parece que los miembros de la familia se odiaban entre sí. Parecía que la tenían tomada contra ellos mismo. Parecían impacientes por hacerse daño. Parecían dispuestos a llegar a las manos en cualquier momento. Parecía como si su manera favorita de comunicarse fuese base de sarcasmos o gritos. Nunca llegue a entenderlo...en algunos hogares al único que trataban bien era al perro.
He llegado a la conclusión que casi todo el mundo esta molesto con sus padres y lo paga con su pareja. Ni siquiera se relacionan con la persona con la que viven. Se relacionan con alguien con quien se la identifica. Hasta que no se elimina esa ira que se siente hacia los padres (cosa que es muy necesario hacer, tanto si estén muertos o vivos) no se puede empezar a considerar al compañero como un amigo al que habrá que tratar como a un ángel.
Quizás suene algo tonto, pero ¿con qué frecuencia se nos ha olvidado hacer esto? Y pensando en ello recuerdo la Regla de Oro.
Es posible regir la propia vida por esa Regla de Oro aun cuando la otra persona se muestre totalmente contrariada y enfadada. Lo primero que debemos recordar es permitirle expresar su enfado sin llegar a molestarse uno también. Dentro de cada grito hay un mensaje. Te están pidiendo ayuda y no saben expresarlo.
Aquí tienes unas cuantas recomendaciones sencillas:
1. Acuérdate de no contrarrestar las energías.
2. Acuérdate de respirar; ayuda tú también a respirar hondo.
3. Ofrece tu amor preguntando: ¿en qué puedo ayudarte?
4. Sugiere otras maneras de eliminar la ira en otro sitio, si conviene.
5. Muéstrate dispuesto a escuchar en este mismo momento.
Así como se afirma en el curso de milagros, todo pensamiento amoroso es verdadero. Todo lo demás es una petición de ayuda o de curación.
Reflexiona sobre la idea de tratar a tu pareja y a los miembros de tu familia como si fuesen reyes o reinas. ¿Acaso no es así como te gustaría que te tratasen a ti? Reflexiona sobre la idea de tratarlos como santos. Empieza a ver que tiene todo el mundo de divino y verás como luego se portan divinamente contigo.
Con amor…Luz.
He llegado a la conclusión que casi todo el mundo esta molesto con sus padres y lo paga con su pareja. Ni siquiera se relacionan con la persona con la que viven. Se relacionan con alguien con quien se la identifica. Hasta que no se elimina esa ira que se siente hacia los padres (cosa que es muy necesario hacer, tanto si estén muertos o vivos) no se puede empezar a considerar al compañero como un amigo al que habrá que tratar como a un ángel.
Quizás suene algo tonto, pero ¿con qué frecuencia se nos ha olvidado hacer esto? Y pensando en ello recuerdo la Regla de Oro.
Es posible regir la propia vida por esa Regla de Oro aun cuando la otra persona se muestre totalmente contrariada y enfadada. Lo primero que debemos recordar es permitirle expresar su enfado sin llegar a molestarse uno también. Dentro de cada grito hay un mensaje. Te están pidiendo ayuda y no saben expresarlo.
Aquí tienes unas cuantas recomendaciones sencillas:
1. Acuérdate de no contrarrestar las energías.
2. Acuérdate de respirar; ayuda tú también a respirar hondo.
3. Ofrece tu amor preguntando: ¿en qué puedo ayudarte?
4. Sugiere otras maneras de eliminar la ira en otro sitio, si conviene.
5. Muéstrate dispuesto a escuchar en este mismo momento.
Así como se afirma en el curso de milagros, todo pensamiento amoroso es verdadero. Todo lo demás es una petición de ayuda o de curación.
Reflexiona sobre la idea de tratar a tu pareja y a los miembros de tu familia como si fuesen reyes o reinas. ¿Acaso no es así como te gustaría que te tratasen a ti? Reflexiona sobre la idea de tratarlos como santos. Empieza a ver que tiene todo el mundo de divino y verás como luego se portan divinamente contigo.
Con amor…Luz.
1 comentario:
Muy acertado y puedo decir que ejerces la ternura y transmites siempre mucha paz a todos los que te conocemos, te quiero mucho.
Isma
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