Limitaciones

Desarrollamos ciertas pautas de conducta, costumbres y estilos de vida aprendidos (procedentes de nuestra familia, amigos y la publicidad) y, después, cuando se nos ofrece la posibilidad de ir más allá, de descubrir dimensiones nuevas y más amplias, preferimos quedarnos en nuestra pequeña esquina del mundo, aun cuando ésta nos aporte pocas alegrías, mucha ansiedad y ninguna posibilidad de expansión.

La mayoría de las personas somos sonámbulas…pasamos por la vida en un estado semiconsciente, con una remota idea de lo que hacemos, pero sin saber por qué lo hacemos. La mayoría de nosotros imitamos lo que otros hacen, hemos idolatrado opiniones, creencias y actitudes…durante mucho tiempo dependí del mundo para que me dijese quién era y qué hacer…afortunadamente me dí cuenta que ir así por la vida sólo me producía dolor.

Cuando vivimos intentando satisfacer los sueños y los deseos de los demás puede que por un tiempo, logremos convencernos que esto nos aporta felicidad…pero tarde o temprano la propia vida nos llamara para que andemos nuestro propio camino.

Dios no pretende que seamos seres limitados. Nosotros de alguna manera nos mutilamos con razonamientos limitados y temores. Consideremos por un momento lo que una persona normal cree que le impide ser todo lo que desearía llegar a ser: falta de talentos, falta de dinero, demasiado mayor o demasiado joven, demasiada gente o poca gente, falta de energía física, mala suerte…éstas no son razones para fracasar, son las excusas que mucha gente antepone para justificar la posición de “victima” que ni siquiera es consciente de sostener.

Ninguna de estas circunstancias tiene el poder de arrebatarnos el bien más elevado que nos corresponde por derecho propio… aún hoy en algunas oportunidades reconozco que me resisto a esta idea…pero he visto a tanta gente romper esas barreras imaginarias, que cada vez me resulta más difícil creer en su existencia.

Una de las frases que más escucho es la falta de energía física, desde mi punto de vista procede de la falta de entusiasmo mental…Solía creer que, para encontrarme descansada y trabajar con eficacia, necesitaba dormir ocho horas diarias…cuando comencé a escribir estaba tan entusiasmada que a veces no dormía más de 4 horas y me despertaba descansada y con mucha energía.

El dinero tampoco puede detenernos. Si tenemos una intención clara y nuestra fe es fuerte…el dinero vendrá de los lugares menos esperados…la fe es una fuerza magnética que atrae todo lo bueno que estamos dispuestos a aceptar…cuando está a punto de fallarme la fe recuerdo que hay un plan mucho mayor de lo que yo pueda ver desde la perspectiva donde estoy…hay que escuchar con nuestros corazones y no con los oídos…hay que confiar al final en nuestro SER.

De alguna manera todos nos buscamos a nosotros mismos y paradójicamente ya todos nos hemos encontrado…pero esto es una tarea individual y sólo sabremos si ha sucedido mirando en nuestro corazón. Una que actuamos en armonía con esa dirección interior, nadie nos puede convencer de lo contrario, porque el reconocimiento de nuestra Fuente es más poderoso que cualquier reto que el mundo nos depare.

Obviamente todas estas limitaciones están alojadas en nuestra sombra, pero podemos deshacernos de ellas si las retamos con un poco de luz… en última instancia, todos debemos conquistar a la sombra…hasta que llegue ese momento, el ser divino permanece atrapado en su pequeña porción de mundo aterrador, fingiendo ser feliz, pero sabiendo que hay mucho más, porque somos mucho más.

Una vez que comprendemos que podemos ser lo que queremos, descubrimos que los límites que creímos tener son tan solo ilusorios…camina hacia delante, libre de miedo o vacilaciones…extiende tus alas a la eternidad y vuela libre…

Con amor…Luz.