Espacio Sagrado

Existe un espacio donde aprendimos a estar en lo brazos de Dios…donde el amorosamente nos sana y fortalece nuestro corazón…yo le llamo “espacio interior” y antes ya he escrito de él… es necesario aprender a estar en paz durante un tiempo en ese lugar… para aprender a construir un puente a lo que yo llamo “espacio sagrado”.

Este espacio es sagrado porque salgo de mi propia burbuja interior para danzar en compañía, donde puedo orar, meditar, y comulgar con Dios pero junto a otra persona…donde me reconozco como una entidad independiente pero aún así mi deseo de danzar con el otro es tan fuerte que hace que me mantenga allí…

que permite que mi corazón se enternezca…donde siento que el universo se libera y estalla en mil estrellas…donde se alteran las limitaciones personales…donde nos convertimos en quienes tenemos que ser para estar el uno al lado del otro…donde se forma ese espacio el “nosotros”…ese que es capaz de transformar al mundo.

Se crea una intimidad profunda...una misión común de dos almas al servicio de una fuerza que es mayor que cualquier cosa… es estar separado y a la vez ser un solo ser… nuestras oraciones más que por nosotros en primer lugar van por esa persona…”dios bendice a este ser, permite que sea feliz, utilízame para devolverle la sonrisa, para facilitar la sanación en su vida”…es un espacio donde no existe la distancia, donde no existe el tiempo...porque sólo existe Dios y una hueste de ángeles que tocan las mas hermosas melodías que armonizan a todo el universo, en esta danza de dos personas… que embellecen a todo lo que los rodea…

Es un espacio sagrado porque nuestro mayor deseo es que esa persona alcance su mayor potencialidad, su estado perfecto… sin importar las consecuencias…donde vamos construyendo como una obra de arte luego que “reconocemos” esa llama divina en el otro… donde principalmente nos perfeccionamos a nosotros mismos para poder desear y ayudar con pureza a la perfección del otro…se requiere humildad y luego una tolerancia sostenida.

Es donde le doy espacio al otro y dejo que busque sus propio camino…mientras voy estudiando qué es la otra persona, y qué puede llegar a ser; qué necesita, qué busca su alma sin poder encontrarle nombre y, todavía menos, forma. Preveo hoy sus necesidades de mañana; sin pensar nunca en lo que sus necesidades puedan significar para mí… es un amor lleno de sabiduría, aún con sus bajas y sus altas.

Nos convertimos en mejores mujeres y hombres… porque mostramos nuestra divinidad en su máxima potencia, donde me doy el permiso a ser vulnerable, a ser yo… donde entrego todo mi Ser en profunda comunión y consciencia, aprendemos a adivinar lo que el otro quiere, sus esperanzas, sus miedos…inclusive antes de que sean consciente para el otro… sus almas se comunican aún sin palabra alguna… la persona amada alcanza su ser perfecto sin esfuerzo consciente propio. Cuando el amor es mutuo, el esfuerzo consciente que ella hace es para él. Es así como cada cual, deleitosamente, trabaja en la perfección del otro....desde su sentir, desde su desprenderse de si mismo y solo entregar…

En cada encuentro traemos a nosotros lo que debemos aportar, hacer o decir, de modo que sea para el otro una deliciosa sorpresa… “asir con firmeza; soltar con ligereza”… este es uno de los grandes secretos de la felicidad en el amor.

Con amor…Luz.